Después de dos años de letargo económico, acompañado de cierres y quiebres de negocios, Tela recupera la vida con la llegada todos los fines de semana de más de 20,000 veraneantes eufóricos que buscan reponer el tiempo de recreación perdido a causa del covid-19.
Desde febrero, los turistas comenzaron a llegar en masa a las playas de este destino caribeño y a medida que sube la temperatura y se aproxima el feriado de Semana Santa se incrementa la cantidad de veraneantes procedentes de todo Honduras, también de Guatemala y El Salvador.
La asistencia de multitudes ha animado a pequeños emprendedores y empresarios a abrir negocios que durante la pandemia cerraron, construir nuevos establecimientos o montar restaurantes o bares de manera temporal, mientras dure el verano.
Antal Börcsök, presidente de la Cámara de Turismo de Tela, dijo que la concurrencia masiva “está incentivando la economía”, pero al mismo tiempo preocupa a las autoridades y empresarios locales porque “la cantidad de personas que llegan es demasiado grande comparada con años previos a la pandemia”.
“La alcaldía ha tenido que incrementar de L500 a L1,000 a los autobuses que ingresan con excursionistas. Tela tiene casi 60 kilómetros de playa y todos los transportistas quieren traer a las personas a un pequeño espacio de 800 metros de playa del área urbana. Los fines de semana, hay días, que hemos tenido 8,000 y 10,000 personas. Es una cantidad que excede la capacidad: no hay suficientes baños y socorristas para auxiliar a las personas en el mar”, dijo.
Börcsök y las autoridades locales les recomiendan a los veraneantes que se dispersen por toda la franja de playa del municipio para evitar aglomeraciones y ahogamientos en el área urbana.
“Un día pueden ir a la playa de San Juan y conocer un poco más la cultura garífuna, otro día a Triunfo de la Cruz, La Ensenada, Tornabé, Miami”, dijo.
Con el inicio de una nueva era pospandemia, Börcsök, quien es también director del Tela Marine Research, trasladó un acuario que operaba en la comunidad de San Juan hasta cerca del Jardín Botánico Lancetilla, frente a la carretera que conduce a San Pedro Sula. Aquí las familias ingresan de manera gratuita a conocer las diversas especies de coral del arrecife teleño.
En este acuario, en cuya entrada está el gigantesco esqueleto de la ballena Gran Berta que llegaba a refugiarse a la bahía, se encuentra el restaurante Tela Marine, que ofrece comida preparada con peces de granja y no extraídos del mar para no afectar las reservas acuáticas.
François Ligeard, propietario del Hotel Posada del Mar, ubicado frente al mar, mira el futuro “con positivismo, pues después de dos años los turistas están regresando a disfrutar de este destino que sufrió por la pandemia”.
“La pandemia, el clima y los huracanes nos afectaron. A muchos negocios los dejó en bancarrota. Gracias a Dios a partir de febrero hemos tenido un alza de visitantes. Todos los hoteles están reservados para la Semana Santa, también para después.La gente está emocionada con volver a las playas después de estar encerrada”, dijo.
Ligeard y empresarios locales estiman que durante la Semana Santa ingresarán más de un millón de personas que con el consumo pagarán el salario de unos 10,000 empleados temporales.
“Algunos negocios que habían cerrado han abierto, por ejemplo, el Hotel Tela Mar. Empezó a finales de enero. Allí hay unas 100 personas trabajando”, dijo.
A Ligeard le preocupa sobremanera que la Empresa Nacional de Energía Eléctrica “esté cortando la energía algunos fines de semana para hacer laborales de mantenimiento”. Estas interrupciones golpean hoteles y restaurantes que carecen de plantas generadoras de energía.
“Yo le pido a los diputados que aprueben un decreto para proteger a los sitios turísticos. Que la Enee no haga labores de mantenimiento los viernes, sábados y domingos, sino que los martes y miércoles.En Tela tenemos problemas de agua y trabajamos con cisternas”, dijo.
Diana Ruiz, empleada de un pequeño negocio de comida llamado Pedrito y que abrió en diciembre, se siente “muy alegre porque la gente está regresando a las playas y está dejando dinero al municipio”.
Al igual que Ruiz, Harold Bodden, quien en estos días pinta las paredes del restaurante Arrecifes en la playa urbana, dice que “la llegada de turistas es una buena señal para Tela”.
“Tengo 10 años de trabajar aquí en mantenimiento y nunca había visto tanta gente como hoy”, dijo.
Octavio Brizuela, empleado municipal que desde hace 12 años limpia las playas, observa que “por la llegada de más turistas hay más basura después de cada fin de semana”.
Menos turistas en La Ceiba y en Colón
LA CEIBA. En una menor cantidad que la de Tela, pero en mayor número que la registrada en los últimos dos años, los turistas han vuelto a las playas de Tela y Trujillo, y reviven las esperanzas en los comerciantes y empresarios locales.
Empresarios y comerciantes consultados por Diario LA PRENSA informaron que en los últimos días han observado un aumento en la cantidad de visitantes (van y regresan el mismo día) y turistas (pernoctan en los destinos) lo cual, según ellos, “impulsa económicamente los negocios que resultaron afectados por la pandemia”.
Sin embargo, los empresarios manifestaron que los cortes de energía eléctrica, por diferentes causas, afectan el desempeño de los negocios y no permiten ofrecer “el servicio idóneo cuando hay interrupciones”, dijo un empresario que solicitó el anonimato.
“Estamos viendo que más personas están viniendo a las playas de diferentes partes. A Tela llegan más porque está más cerca de San Pedro Sula. En La Ceiba y Trujillo se ve menos turistas porque están más lejanas y las personas gastan más en combustible”, dijo Magdalena Martínez de Tocoa, Colón.