“Nosotros como vendedores ambulantes hemos visto poca presencia de turistas desde que quitaron los muelles, eran un atractivo para la gente que bajaba a caminar y se tomaba fotografías, no solo los dueños de restaurantes pierden, también nosotros los vendedores ambulantes”, expresó María Márquez, quien vende artesanía en los restaurantes del lago.
En los 10 restaurantes que están en el sector de Taulabé, en la CA-5, ya demolieron los muelles. Personas aún remueven madera que eran las bases de las estructuras pintorescas que se habían convertido en los principales atractivos de los restaurantes.Ahora el panorama es totalmente diferente
. Hace unos meses era un lugar colorido, ahora ya solo se ven los escombros, lo único que le queda a los visitantes son los recuerdos de haber estado más cerca del único lago de Honduras.
" Estudios demuestran que hay empresas que sí generan impacto ambiental en el lago. "
“Tengo más de 20 años de vender aquí, la gente que viene se va decepcionada, muchos entran a los restaurantes y nos dicen que se ve feo y se van sin comprar, hay cosas que hacen más daño al lago, pero siempre somos los más humildes los que salimos perdiendo”, agregó Márquez.
Yessenia Pacheco, presidenta de la Asociación de Restaurantes del Lago de Yojoa, recordó que hicieron todos los intentos posibles por evitar desmantelar los muelles.
“Nos explicaron que no eran los muelles los que afectaban al lago, sino la basura que podrían tirar los clientes, pero cada lugar tenía varios depósitos para basura, pero las autoridades no dieron oportunidad de explicar todo eso, hasta pedimos una reunión con la presidenta Xiomara Castro y no dieron respuesta”.
Pacheco agregó que el 21 de febrero se reunieron con fiscales y sus apoderados legales, por lo que llegaron al acuerdo de que ya para el lunes 6 de marzo todos estarían demolidos.
“La idea era que los clientes no solo comieran el tradicional pescado, sino que vinieran a recrearse en familia, ahora ha bajado la clientela, sentimos la insatisfacción de las personas que nos dicen apesarados que lamentan que hagan esos atropellos en contra de los microempresarios, somos nativos de la zona y nos importa la conservación del lago”, agregó Pacheco.
Fueron décadas desde que los emprendedores de los restaurantes decidieron darle otra vista al lago, por lo que aseguran que con sacrificio lograron construir los muelles, que en menos de dos meses tuvieron que ser destruidos.
El próximo lunes es la audiencia inicial, en la que los restauranteros esperan que el juez les dé sobreseimiento definitivo ya que acataron las órdenes de desmantelar los muelles.
En la construcción de cada muelle invirtieron más de medio millón de lempiras. En algunas estructuras que tenían hasta cafeterías, los costos eran de hasta dos millones y para la demolición pagaron varias personas que cobran hasta 300 lempiras diarios y han sido semanas de trabajo.
