¿Dónde están los hondureños en este polémico ranking?

Cifras de la plataforma Semrush revelan que en febrero los costarricenses realizaron más de 70 millones de visitas a diez sitios que ofrecen contenido explícito y erótico para adultos

¿Dónde están los hondureños en este polémico ranking?
San Pedro Sula

Los costarricenses y panameños son los mayores consumidores de contenido para adultos en el istmo de Centroamérica, según demuestran las más de 130 millones de visitas que realizan en tan solo un mes a sitios virtuales que exhiben materiales de esta índole.

Cifras publicadas por la plataforma estadounidense Semrush, especialista en análisis digital, revelan que en febrero pasado los costarricenses realizaron más de 70 millones de visitas a diez sitios que ofrecen imágenes explícitas y sugerentes para adultos.

El 68% de las visitas las distribuyeron en dos dominios de contenido audiovisual que muestran las escenas de manera gráfica, como pornhub.com (con 27,240,000 visitas) y xvideos.com (con 20,490,000 visitas). El 32% lo dedicaron a otras ocho plataformas, entre ellas, OnlyFans (1,620,000 visitas) que publica contenido erótico.

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Similar patrón conductual muestran los panameños que el mes pasado ingresaron en suma 64,790,000 de veces a 10 sitios de esta naturaleza.

En menor porcentaje que los vecinos (en un 63%) se dedicaron a explorar pornhub.com (con 23,310,000 visitas) y xvideos.com (con 17,810,000 visitas).

Por ser los países menos poblados y por registrar el mayor número de visitas (Costa Rica con 5.1 millones de habitantes y Panamá con 4.4 millones de habitantes), esta conducta tiene un mayor peso relativo en esas sociedades frente a la del resto de la región, es decir, su consumo per cápita de este contenido es proporcionalmente alto respecto a los vecinos.

No tan lejos de los panameños, con el desorbitado número de frecuencias de 62,031,470, los guatemaltecos son los terceros en Centroamérica en ingresar a Pornhub, Xvideos y XNXX, sitios que dominan el tráfico en todos los países, y a otras plataformas como Hentaila, OnlyFans y Xhamster que figuran entre las más populares.

Los salvadoreños (con 31,670,500 visitas), hondureños (25,758,990 visitas) y nicaragüenses (22,320,270 visitas) muestran menor adicción pese a tener más población que Costa Rica y Panamá y contar como denominador común el porcentaje de más del 95% de celulares con acceso a internet, de acuerdo con cifras de DataReportal.

El contenido para adultos está al alcance de todos

El informe Digital 2025: Honduras, de DataReportal, plantean que Honduras cuenta con más de 7.19 millones de usuarios de internet que tienen acceso ilimitado al mundo virtual, entre ellos, menores de 18 años que vistan sitios a pesar de los filtros y restricciones que algunas plataformas implementan.

Diario La Prensa ha constatado que en Honduras cualquier persona, indistintamente de la edad, puede entrar a un determinado sitio que ofrece contenido para adultos dado que ninguna entidad gubernamental ha tomado medidas para bloquear el acceso, como sí ha ocurrido en estados de Estados Unidos contra Pornhub.

El Código Penal de Honduras castiga severamente a las personas que produzcan este tipo de materiales en cuyas escenas participen menores de 18 años o mayores de edad "mediante el empleo de violencia, intimidación, engaño, prevalimiento, abuso de su enajenación mental o cualquier medio por el que consiga la anulación de la voluntad de la víctima".

Sin embargo, Honduras carece de una ley que bloquee o restrinja el acceso a sitios o plataformas virtuales nacionales o extranjeras que divulguen material audiovisual producido mediante filmación de personas reales o creadas a través de herramientas de inteligencia artificial.

Sandy Martínez, psicóloga clínica y especialista en terapia del lenguaje considera que la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), debe "poner restricciones a estos sitios para evitar que los menores de edad tengan acceso a ellos e igualmente los padres deben utilizar el control parental en los celulares, aunque un niño y un adolescente no deberían tener teléfono, pues este tipo de material causa un deterioro neurológico pasivo en los menores de edad".

"Además de controles parentales de parte de los padres, las escuelas deben dar más orientación sobre cuidados no solo en la parte sexual, sino en todos los ámbitos que generan afectación a los niños, porque su edad neurológica no está preparada aún para recibir dicha información (...). ¿Cómo notamos como padres que un niño está viendo pornografía? En sus cambios de conducta. Los menores están más retraídos o más extrovertidos, bajan su índice académico, bajan sus notas o se muestra más abierto a estas cosas", dice Martínez, con consultorio Psicología Clínica Niños Adultos en la colonia Júpiter de San Pedro Sula.

Frente a la facilidad que existe para acceder a esas plataformas y a la nula regulación, expertos en psicología advierten que la exposición temprana a contenidos para adultos puede influir negativamente en la construcción de la identidad y comportamiento de los niños y adolescentes. Diversos estudios señalan que el consumo frecuente de este material puede provocar actitudes erróneas sobre las relaciones interpersonales, la violencia de género y la percepción del consentimiento en adultos.

En términos sociales, el alto consumo de contenido para adultos también plantea interrogantes sobre las dinámicas de pareja y el bienestar psicológico de los consumidores frecuentes. Psicólogos han advertido que el consumo excesivo puede afectar la autoestima, generar adicciones y alterar las relaciones afectivas.

Contenido para adultos causa daños a la salud

El psicólogo Mauricio Pastrana, especialista en manejo de adicciones, advierte que “el consumo de pornografía puede tener diferentes efectos dependiendo de cada cuánto, el contexto. Primero, la pornografía genera ideas distorsionadas sobre el sexo, sobre el desempeño y la apariencia física (...). Esto muchas veces impacta las relaciones de pareja (...). Aparte, hay una desensibilización: las personas comienzan viendo pornografía normal, hombre y mujer, y luego buscan pornografía homosexual, hasta que llegan a un punto que no les causa ningún efecto porque la pornografía es como una droga”.

“Esto genera adicción. He tenido pacientes que los han despedido del trabajo por (...) en los baños o ver contenido pornográfico en las computadoras de las empresas. Cuando afecta social y laboralmente es una alteración o una enfermedad mental. Esto genera un impacto en la autoestima de la persona que quiere ser como ese modelo o esa modela”, dice Pastrana, con consultorio en Plaza Millenium II de San Pedro Sula.

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Pastrana explica que “con internet vino la globalización, vino lo bueno y lo malo, ahora el consumo de pornografía es tan normal en internet que Pornhub muestra estadísticas de cuántas personas están conectadas (...), 115 millones de visitas diarias de todo el mundo (...). En los años noventa, algunas personas tenían que comprar un desbloqueador de canales premium. Ahora en Google buscan la pornografía, también en Facebook, Instagram, TikTok encuentran contenido que sexualiza situaciones y que está al alcance de los niños”.

El psicólogo Carlos Ramos, máster en neuropsicología clínica y terapeuta miofuncional, confirma que el consumo constante de contenido para adultos altera el cortisol, una hormona esteroide que responde ante situaciones de estrés.

Además, la adicción al porno puede provocar en las personas conductas relacionadas con parafilia que podrían afectar la relación de pareja y también llevar al hombre o la mujer a la pedofilia.

"El consumo frecuente de pornografía puede alterar el sistema que regula el estrés en el cuerpo (eje hipotálamo, hipófisis-adrenal), afectando la producción de cortisol. Al principio, su uso reduce temporalmente el estrés al liberar dopamina (placer) y endorfinas (analgésico), pero con el tiempo, el cerebro desarrolla tolerancia y necesita más estimulación para sentir el mismo placer, generando frustración y ansiedad", explica este catedrático universitario.

Agrega que "a largo plazo, el exceso de cortisol afecta varias áreas cerebrales, como la corteza prefrontal: disminuye el control de impulsos. Hipocampo: dificulta la memoria y la concentración. Sistema límbico: aumenta la ansiedad y el estrés, fomentando un consumo compulsivo. Además, el cortisol elevado reduce la testosterona, lo que puede disminuir la libido y causar disfunción sexual, afectando la vida íntima y emocional".

Entre muchos pacientes, Ramos atiende a personas afectadas por consumo de pornografía en su consultorio ubicado en el Centro de Educación Especial y Desarrollo Integral de la Persona (CEDIREH) en barrio Paz Barahona de San Pedro Sula. Dice que los casos son "más recurrentes en adolescentes y adultos jóvenes que tienen mayor liberad para expresar y reconocer que está saliendo de control una adicción".

"Algunas veces (la porno) es un mecanismo de escape a ciertas situaciones estresantes en cuanto al trabajo, por no poder manejarlo y por no tener la cultura de hablarlo en terapia (...). Es recurrente escuchar en el relato de mujeres que su pareja tiene determinada adicción y que afecta a ellas. Expresan que han llegado a cometer contra ellas abusos en el acto sexual. El hombre no recurre a expresarlo en un proceso terapéutico, sino que lo omite, pero se ve reflejado en la consulta con mujeres que son víctimas de esta situación", dice.

Ramos le dijo a Diario LA PRENSA que el consumo de material audiovisual de contenido sexual explícito está provocando un aumento en la cantidad de personas que buscan ayuda profesional e igualmente surgen "conductas inapropiadas reportadas por docentes de centros escolares".

Por otro lado, los especialistas han señalado que la pornografía en internet podría facilitar el tráfico de contenido ilegal, incluyendo material de explotación y abuso.

La falta de regulación y la monetización de estos sitios pueden contribuir a que material no consentido o de origen delictivo circule sin control.

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Juan Carlos Rivera
Juan Carlos Rivera
juan.rivera@laprensa.hn

Licenciado en periodismo (Universidad Nacional Autónoma de Honduras), máster en finanzas (Universidad Tecnológica Centroamericana), máster en dirección empresarial con orientación en gerencia de competencias directivas (Universidad Europea de Madrid). Más de 25 años en periodismo.

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