A cuatro meses de que la COVID-19 asomara en Honduras, su pico sigue creciendo, mientras que los muertos ya suman 605, los contagios 22.116 y las autoridades investigan denuncias sobre presuntos actos de corrupción en la compra de materiales y equipo para atender a los enfermos.
El primer aviso de que lo peor se venía para el país, donde más del 60 % de sus casi 9,5 millones de habitantes son pobres, lo hizo el 2 de marzo el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien le pedía a sus compatriotas 'hacer un solo frente' y 'no caer en el pánico ante la amenaza del coronavirus'.
Dos días después, el 4 de marzo, la Secretaría de Salud informó de que una hondureña, procedente de Italia, estaba en cuarentena por catorce días en su domicilio, por sospechas de ser portadora del SARS-CoV-2, mientras que el día 11 eran confirmados por Hernández los primeros dos casos de contagio con la mortal enfermedad, en otras dos mujeres procedentes de España y Suiza.
Lento proceso de pruebas PCR
Desde entonces, con un lento proceso de pruebas de laboratorio PCR, el estatal Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) no ha parado de informar a diario sobre muertes y contagios, que se han incrementado en las últimas tres semanas, con mayor incidencia, en el orden, en los departamentos de Cortés, norte del país, y Francisco Morazán, en el centro.Con un deficiente sistemas de salud, no de ahora, Honduras no solo no estaba preparada para la pandemia de la COVID-19, como muchos países, sino que también las acciones para contrarrestarla no han sido acertadas, según denuncias de fuentes médicas y otros sectores, en una nación donde la corrupción y la impunidad, tan letales como cualquier virus, son como dos caras de una misma moneda.
Por las deficiencias del sistema sanitario, las pruebas PCR, mediante las que a diario el Sinager confirma de nuevos casos de muertes y contagios, no son actuales, sino de varios días de retraso, en algunos casos de hasta dos semanas o más tiempo.
La lentitud con la que han marchado las pruebas, que durante los primeros meses no superaban las 500 diarias, ha impedido tener un panorama más amplio de la magnitud de la propagación de la pandemia, los aseguran médicos, principalmente de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país y la de más contagios.
Las pruebas PCR comenzaron a aumentar cuando al Laboratorio Nacional de Virología se sumaron dos laboratorios privados, pero eso no ha sido suficiente, ya que según los médicos, se deberían practicar entre 2.000 y 3.000 diarias.
La falta de equipo en el Laboratorio Nacional de Virología, no permite hacer las pruebas PCR deseadas, por esa razón existe una mora de 4.000 muestras por procesar, dijo el viernes el coordinador nacional de vigilancia frente al COVID-19, Homer Mejía.
Añadió que aunque el Laboratorio trabaja todos los días, las 24 horas, su capacidad de respuesta ha sido excedida por tantos casos de enfermos.
Hospitales públicos colapsando
Médicos y personal de enfermería que llevan agotadoras jornadas de trabajo en los hospitales públicos, principalmente de San Pedro Sula, y la capital, Tegucigalpa, advirtieron con anticipación de que si no había suficientes pruebas PCR, la situación se iría agravando y que los nosocomios comenzarían a colapsar, lo que está ocurriendo.Uno de los contagiados con el coronavirus es el mismo mandatario Juan Orlando Hernández, quien desde el 16 de junio permaneció ingresado, durante doce días, en el Hospital Militar, en Tegucigalpa. Su esposa, Ana García, también resultó asintomática, pero ha llevado el tratamiento desde su casa.
El jueves, luego de que le dieron de alta en el hospital, Hernández subrayó que 'esta enfermedad es seria' y que 'mientras no le demos la seriedad del caso, seguiremos viendo cientos y miles de contagios y tristemente también muertos'.
'Los hospitales están colapsando, los principales de las ciudades más grandes. Por eso, a la COVID tenemos que respetarlo y hay que aprender a convivir con él, con todos los cuidados necesarios', enfatizó el gobernante.
Investigan presunta corrupción
La pandemia de COVID-19 se ha esparcido a nivel nacional como reguero de pólvora por diversas causas, como la falta de suficientes recursos técnicos, humanos y materiales para evitar el contagio de los profesionales de la salud, de los que han muerto varios médicos y enfermeras, entre otros, y la indiferencia de muchas personas, que no usan mascarillas para protegerse.La emergencia sanitaria y el toque de queda decretado desde mediados de marzo, que además ha representado un duro golpe para la débil economía de Honduras, no se ha cumplido plenamente, incluso por falta de educación de mucha gente, han dicho a EFE fuentes médicas, entre ellas el científico hondureño Marco Tulio Medina.
Por esa razón, y ante el número cada día más en alza de contagios y muertos por la COVID-19, el proceso gradual de una 'reactivación económica inteligente', que se inició el 15 de junio, no ha funcionado, por lo que, de la 'fase uno', se volvió a la 'cero', una semana después.
Sectores de sociedad civil, entre ellos el Colegio Médico Hondureño, califican como un 'fracaso' la acción del Gobierno para frenar la propagación de la COVID-19, que en las primeras dos semanas de julio alcanzará cifras más altas de muertos y contagios, según han advertido fuentes médicas.
La compra de materiales y equipo médico para hacer frente a la pandemia, el Gobierno se la asignó a Inversiones Estratégicas Honduras (INVEST-H), cuyo director, hasta la semana pasada, fue Marco Bográn, quien ha sido denunciado por organismos de sociedad civil por presuntos actos de corrupción, que él ha rechazado.
El 16 de abril, el presidente Hernández, luego de una reunión del Consejo de Ministros 'para analizar el impacto de todas las medidas aprobadas en el ámbito sanitario para salvar vidas ante la pandemia de coronavirus', dijo que 'se ha venido estructurando mecanismos de compra a través de buenas prácticas'.
Agregó que 'Honduras Invest es básicamente la que está manejando la mayor cantidad de los flujos y en ese sentido tiene un sistema de veeduría muy importante, inclusive con convenios con el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), en algunos casos con Cruz Roja Internacional'.
'De aquí vamos a salir con un sistema muy robusto en términos de buen manejo y, reiteramos, no vamos a permitir que alguien quede impune si tan siquiera se atreve a mal manejar estos recursos', enfatizó entonces el gobernante.
Cuatro meses después, Bográn es investigado por la compra, entre otras cosas, de siete hospitales móviles valorados en unos 48 millones de dólares, que habrían sido sobrevalorados, según las denuncias.
Los hospitales no han llegado al país, que está urgido de todo para frenar la oleada de muertos y contagios por COVID-19, mientras diversos sectores preguntan públicamente: '¿Dónde está el dinero?'.