El Gobierno de Estados Unidos dio a conocer que los principales cargos que enfrenta Juan Orlando Hernández en ese país son tráfico de drogas, uso de armas para el tráfico de drogas y conspiración para usar armas en el tráfico de drogas.
Los fiscales estadounidenses en Nueva York habían implicado repetidamente a Hernández como co-conspirador durante el juicio por narcotráfico de su hermano en 2019, alegando que su ascenso político fue impulsado por las ganancias de las drogas.
Su hermano, Juan Antonio “Tony” Hernández, fue sentenciado a cadena perpetua más 30 años por cargos de drogas y armas en marzo de 2021. En su sentencia, el fiscal federal adjunto Matthew Laroche caracterizó los delitos como “tráfico de drogas patrocinado por el Estado”.
En abril de 2020, Hernández fue nombrado nuevamente como cómplice cuando los fiscales estadounidenses acusaron al exjefe de la Policía Nacional Juan Carlos el “Tigre” Bonilla Valladares por tráfico de drogas y cargos relacionados con armas. Según la acusación , Hernández le encomendó a Bonilla “misiones especiales, incluido el asesinato”.
En un tercer caso, menos de un año después, un tribunal escuchó que Hernández presuntamente había conspirado con otro narcotraficante hondureño, Geovanny Fuentes, para “meterles la droga por las narices a los gringos”.
Fuentes fue sentenciado el 8 de febrero recién pasado a cadena perpetua por los delitos de importación de cocaína y armas, más una multa de 151.7 millones de dólares, informó en un comunicado el Departamento de Justicia de EE.UU.
El abogado penal hondureño Marlon Duarte explicó que el proceso de extradición contra Hernández, en caso de avanzar, no durará más de tres meses.
Panorama
Hernández fue un aliado particularmente cercano de la administración del expresidente estadounidense Donald Trump. Su administración acordó ayudar a evitar que los migrantes centroamericanos buscasen asilo en los EE.UU.
“El presidente Hernández está trabajando muy de cerca con los Estados Unidos”, dijo el expresidente Donald Trump en diciembre de 2019.
“Saben lo que está pasando en nuestra frontera sur. Y estamos ganando después de años y años de perder”.
Sin embargo, la administración del actual presidente, Joe Biden, había mantenido distancia con Hernández. El Departamento de Estado dijo días atrás que prohibiría al expresidente ingresar a Estados Unidos.
Citó “múltiples informes de medios creíbles” que acusan a Hernández de participar “en una corrupción significativa al cometer o facilitar actos de corrupción y narcotráfico, y usar las ganancias de actividades ilícitas para facilitar campañas políticas”.
“Hay pruebas más que suficientes para acusarlo -y condenarlo”, aseguró el ex jefe de operaciones de la DEA Mike Vigil a Univisión.
“La DEA no hace las cosas a la ligera porque los fiscales estadounidenses están entre los más conservadores del mundo. No aceptarán un caso a menos que sea totalmente hermético y se pueda ganar”, añadió.
“A lo largo de los últimos ocho años de decadencia, depravación e impunidad, gobiernos estadounidenses consecutivos mancharon nuestra reputación tratando a Hernández como amigo y socio”, señaló en un comunicado emitido ayer el senador estadounidense Patrick Leahy, uno de los que apoyaron públicamente la iniciativa de extradición en contra del expresidente JOH.