Diversos sectores piden que se redireccionen los fondos solicitados en el presupuesto 2025, luego de que tres licitaciones para la construcción de la cárcel en Islas del Cisne fracasaran y las Fuerzas Armadas analicen otras posibilidades.
A inicios de septiembre, en Consejo de Ministros se aprobaron 1,800 millones de lempiras para la edificación del penal en el archipiélago en el Caribe, pero será en el Gobierno que dictarán a la institución castrense qué hacer.
Se conoció con una fuente de las Fuerzas Armadas que la intención siempre es utilizar los 1,800 millones en el sistema penitenciario del país y, en ese sentido, está vigente el proyecto de hacer una megacárcel entre Olancho y Gracias Dios. Esta cárcel pretende ser más grande que la planificada en Islas del Cisne, la que ha sido proyectada para 2,000 reos.
Lucky Medina, ministro de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (Serna), manifestó que “la licencia ambiental está vigente para que ellos continúen con los trámites administrativos que consideren oportunos”.
En Libre consideraron que el Gobierno debe estudiar otras opciones en tierra firme porque ya se ha visto que el proyecto no es viable. “Ante las tres licitaciones que se han lanzado habría que ver si no hay viabilidad y reconsiderar hacer la cárcel en tierra firme en zonas aisladas”, manifestó el diputado Rafael Sarmiento, jefe de bancada del Partido Libre.
Reacciones
En la oposición política instan al Gobierno para utilizar ese dinero en mejorar los centros penales que operan en el país.
“Si no se va a dar el proyecto y tienen los recursos, entonces que se utilicen en remodelación y mejoramiento de los centros penales que hay en el país porque todos sabemos que están en situaciones muy complejas”, manifestó el diputado nacionalista Eder Mejía.
El congresista agregó que “desde el Partido Nacional siempre dijimos que era un tema inviable y que no era de emergencia porque Honduras no está preparada para un proyecto de esta magnitud por los costos que implica tener una cárcel en una isla, a una distancia tan larga de lo que es tierra firme”.
Gustavo Boquín, presidente de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico), mantuvo la misma línea y dice que la lógica indica que el costo de una cárcel en tierra firme es inferior al de una isla. “La pregunta que debemos hacernos no es si podemos construirla. La gran pregunta es ¿cuánto nos va a costar su mantenimiento y operatividad? ¿Cuánto nos va a costar tener a unas personas allá?, pudiendo construir una cárcel de máxima seguridad en tierra firme”.
El precandidato presidencial liberal Salvador Nasralla dijo que “hay muchos ejemplos de cárceles en islas que fueron cerradas por los costos de operación. Ese es un proyecto no factible y simplemente hay que preguntarle a Estados Unidos por qué cerraron Alcatraz”.
