San Pedro Sula, Honduras.
No hay una cifra exacta de cuántos vendedores estacionarios y ambulantes hay en las calles y avenidas de la ciudad. Cada dependencia maneja distintos números, pero todos coinciden en que superan los 6 mil.
Sin embargo, el dato se puede quedar corto porque al recorrer zonas recuperadas se observa que ya los peatones no pueden caminar por las aceras y en algunas calles ya ni siquiera los conductores pueden pasar.
A pesar de ese aparente movimiento comercial, la dirigencia de los vendedores dice que la están pasando mal, al extremo que la mercadería que ha permanecido guardada es la que sacarán a vender en esta temporada navideña y no harán nuevas compras.
Yolanda Pérez, representante de un sector de buhoneros, admite que tienen atestadas las vías, pero justifica eso en la necesidad de sobrevivir.
Sabe que con la llegada de la temporada navideña aparecerán comerciantes, sin embargo, les advierte que no permitirán más porque ya ni ellos caben.
La dirigente dice que no pueden seguir en las calles y por ello buscan una opción de reubicación. Ya empezaron a visitar algunas bodegas en el centro y no descartan la posibilidad de construir una plaza. “Esta reubicación se dará de enero a febrero, pero solo alcanzaría para 800”, refiere.
Dice que en sus registros hay más de 8 mil vendedores y hasta la fecha unos 800 se han retirado para irse a las ferias.
Buscan opciones
José Jaar, comisionado de Abastos y Mercados, reconoce también que es una situación complicada porque no se puede desalojar a los vendedores si no se tiene un lugar adonde reubicarlos. “Como corporativos buscamos en conjunto con la dirigencia de ellos opciones para reubicarlos con todas las condiciones apropiadas”, apunta.
En ese contexto, menciona que es un trabajo que se desarrolla “poco a poco”, pero es una solución a corto plazo, ya que el mercado periférico no puede ocuparse porque el predio sigue en litigio. El censo de vendedores que maneja Jaar establece que hay más de 6 mil buhoneros.
Nahúm Alvarado, jefe de Abastos y Mercados, asegura que se hace un estudio sobre los espacios disponibles en la ciudad para reubicar a los vendedores. “Se trabaja en un plan para recuperar las vías en el centro”.
Alvarado manifiesta que el problema es que hay familias completas dedicándose a la venta y cada integrante tiene un puesto.
No hay una cifra exacta de cuántos vendedores estacionarios y ambulantes hay en las calles y avenidas de la ciudad. Cada dependencia maneja distintos números, pero todos coinciden en que superan los 6 mil.
Sin embargo, el dato se puede quedar corto porque al recorrer zonas recuperadas se observa que ya los peatones no pueden caminar por las aceras y en algunas calles ya ni siquiera los conductores pueden pasar.
A pesar de ese aparente movimiento comercial, la dirigencia de los vendedores dice que la están pasando mal, al extremo que la mercadería que ha permanecido guardada es la que sacarán a vender en esta temporada navideña y no harán nuevas compras.
Yolanda Pérez, representante de un sector de buhoneros, admite que tienen atestadas las vías, pero justifica eso en la necesidad de sobrevivir.
Sabe que con la llegada de la temporada navideña aparecerán comerciantes, sin embargo, les advierte que no permitirán más porque ya ni ellos caben.
La dirigente dice que no pueden seguir en las calles y por ello buscan una opción de reubicación. Ya empezaron a visitar algunas bodegas en el centro y no descartan la posibilidad de construir una plaza. “Esta reubicación se dará de enero a febrero, pero solo alcanzaría para 800”, refiere.
Dice que en sus registros hay más de 8 mil vendedores y hasta la fecha unos 800 se han retirado para irse a las ferias.
 Las calles de la ciudad entre la segunda y tercera avenida están repletas de vendedores. Los peatones ya no tienen sitio para caminar, exponiéndose a ser atropellados por los conductores.
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José Jaar, comisionado de Abastos y Mercados, reconoce también que es una situación complicada porque no se puede desalojar a los vendedores si no se tiene un lugar adonde reubicarlos. “Como corporativos buscamos en conjunto con la dirigencia de ellos opciones para reubicarlos con todas las condiciones apropiadas”, apunta.
En ese contexto, menciona que es un trabajo que se desarrolla “poco a poco”, pero es una solución a corto plazo, ya que el mercado periférico no puede ocuparse porque el predio sigue en litigio. El censo de vendedores que maneja Jaar establece que hay más de 6 mil buhoneros.
Nahúm Alvarado, jefe de Abastos y Mercados, asegura que se hace un estudio sobre los espacios disponibles en la ciudad para reubicar a los vendedores. “Se trabaja en un plan para recuperar las vías en el centro”.
Alvarado manifiesta que el problema es que hay familias completas dedicándose a la venta y cada integrante tiene un puesto.
