El 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una fecha para generar conciencia y reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las personas con esta condición y sus familias.
Farah Delcid, una hondureña que vive en Los Ángeles, California, conoce de cerca estos desafíos. Su hijo Juan fue diagnosticado con autismo, una noticia que transformó su vida, pero que también le dio un propósito: luchar por la inclusión y el bienestar de su hijo.
Cuando Farah recibió el diagnóstico de Juan, sintió que el mundo se le vino encima. A pesar de ser madre de dos hijas mayores, la noticia la llenó de incertidumbre. "Me sentí triste, abrumada porque era algo nuevo para mí y no sabía si podría manejarlo", recuerda.
Uno de los mayores desafíos que ha enfrentado como madre ha sido la aceptación de la sociedad. "Juan ha recibido mucho rechazo, pero no culpo al entorno que lo rodeaba en ese entonces, sino a la falta de educación sobre el tema", señala.
Ese rechazo se manifestó de manera dolorosa en la escuela, donde Juan fue víctima de bullying, lo que le generó ansiedad. "Desafortunadamente, fue lastimado tanto verbal como físicamente. Siempre he sido una madre presente y luché por sus derechos en la escuela. Ahora puedo decir que hemos superado esa etapa", dice.
A pesar de las dificultades, Farah se llena de orgullo al hablar de su hijo. "Lo que más me enorgullece de Juan es su gran corazón. No he conocido a nadie con tanta bondad, carisma y compasión. Es un ser humano muy servicial", cuenta.
En cuanto a los recursos disponibles, Farah reconoce que han tenido acceso a terapias en Estados Unidos, algo que en Honduras sería más difícil. "A pesar de las malas experiencias en su educación temprana, hemos sido afortunados con el apoyo profesional", menciona.
Para las madres que atraviesan una situación similar, Farah tiene un mensaje claro: "No están solas. Somos muchas las madres que vivimos en este mundo. No se den por vencidas, infórmense y busquen apoyo. Hoy en día, internet brinda mucha información y herramientas valiosas".
En cuanto a su fortaleza, dice que es una decisión diaria. "Sé que Juan y sus hermanas me necesitan, y siento la responsabilidad de estar bien para ellos", recuerda.
La sociedad, en su opinión, debe entender que "todos somos iguales sin importar las circunstancias o condiciones. Detrás de cada persona con autismo hay una historia, y ellos merecen ser incluidos, respetados y aceptados tal como son".
El superpoder de Juan
Por su parte, Juan, un niño de gran carácter y determinación, se siente tranquilo en la escuela y disfruta practicar fútbol y jugar PlayStation en su tiempo libre.
"Cuando estoy con mi mamá, me siento seguro y disfruto nuestras conversaciones porque puedo hablar de lo que sea con ella". Sobre el bullying que sufrió en el pasado, reflexiona que "hoy estoy rodeado de personas agradables, pero si pudiera decir algo a quienes no me entendían, les diría que sean amables".
Juan tiene un "superpoder" que lo hace único: su excelente memoria. "Puedo recordar cosas e información por largos periodos de tiempo", afirma con orgullo.
Y para otros niños con autismo, su mensaje es claro: "Eres un niño bueno, especial, amable e inteligente. No eres menos que los demás".
