Taxista vip: 'estamos ilegales, pero debemos trabajar”

Después de varias semanas de buscar un trabajo formal y no encontrarlo, Roberto Rivera no tuvo otra opción que pedirle un automóvil a su hermano para comenzar a trabajar como taxista VIP en el centro comercial Altara.

Rivera, quien antes trabajaba como maestro en una escuela técnica, jamás pensó que en el sector del transporte encontraría la fuente de ingresos para sufragar los gastos del hogar.

Al perder mi empleo vi que “mi hermano tenía un carro prácticamente sin usarlo y yo decidí aventurarme (...), la verdad que nunca había ejercido el trabajo de taxista, nunca lo imaginé tampoco (...)”, dijo.

Él es consciente que opera dentro del transporte al margen de la ley y realiza una competencia desleal ante los conductores de taxis blancos que le pagan al Gobierno por un permiso de explotación.

“Existe una rivalidad (con los taxis blancos), pero en el punto de nosotros ya hay cierta amistad (...). Realmente es una lucha desleal. Ellos pagan permiso de explotación, a la Municipalidad y todo, pagan número aparte (...). Nosotros en VIP realmente pagamos un ingreso al punto y un corredor diario. Aquí pagamos L210 diarios, más la obligación de lavar el carro todos los días (...)”, dijo.

Rivera y sus compañeros conductores de taxis VIP desean que las autoridades del IHTT les permitan legalizar sus servicios “para circular sin ningún problema”.

“Todo el rubro del VIP espera que lo logren legalizar para que la competencia sea más leal porque es muy complicado para el taxi con número”, dijo.

Para Rivera operar sin la autorización del IHTT supone un riesgo bastante alto porque le pueden decomisar el vehículo e imponer una multa de L2,500.

“Cuando hay retenes (...) tratamos de desviarnos (...), tenemos que esconder el radio, buscar rutas alternas para no caer en los operativos”, explicó al detallar las dificultades que sortea.

Condiciones que ofrecen los taxis VIP frente a los taxis blancos