3,000 taxis circulan de manera ilegal en San Pedro Sula

San Pedro Sula.

Las prácticas corruptas de las autoridades de Transporte en años anteriores, las organizaciones criminales y también el desempleo dispararon en la última década la cantidad de buses y taxis en circulación y sumergieron a San Pedro Sula en un desorden vial que solamente podrá superar si el Gobierno, autoridades locales y empresarios toman medidas radicales.

Según los registros del Instituto Hondureño del Transporte Terrestre (IHTT), en el valle de Sula circulan legalmente 7,721 unidades (entre mototaxis, taxis y buses); pero, la flota supera las 10,000, pues por las calles de San Pedro Sula circulan más de 5,000 sin permiso del Gobierno.

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La ley y el Instituto

En 2015 entró en vigencia la Ley y el Reglamento de Transporte Terrestre de Honduras y al mismo tiempo la autoridad que rige el sector, el Instituto Hondureño del Transporte Terrestre (IHTT).
Según el artículo 29 de esta ley, “las concesiones son en principio intransferibles. Sin embargo, excepcionalmente este derecho puede adquirirse o cederse total o parcialmente previa autorización” del Instituto de Transporte.

Solo en San Pedro Sula, en el renglón de taxis, operan más de 3,000 vehículos sin la autorización del IHTT, los cuales, a juicio de Rafael Ruiz, comisionado de esa entidad del Gobierno, “ hacen una competencia desleal” porque no tienen una concesión del Estado.

“Yo me preocupó mucho por aquellas personas que siguieron un procedimiento para obtener una concesión del Estado y que se ven afectadas por aquellas personas que ilegalmente andan prestando el servicio de transporte”, dijo Ruiz.

El contingente de taxis ilegales está integrado por unidades VIP, vehículos privados que ofrecen el servicio vía Facebook, carros pintados de blanco con números clonados y otros que ofrecen el servicio por medio de aplicaciones electrónicas.

Loremsmos

100 números de taxis. Los acaparadores lograron conseguir en años anteriores hasta 100 y 200 números que ahora venden.

L50,000 valor anterior de un número.Hace unos 10 años, los acaparadores vendían un número de taxi en L50,000

“Nosotros nos metimos a manejar los taxis VIP porque en el país no hay empleo y no nos vamos a morir de hambre”, dijo un chofer de un taxi color rojo sin número, abordado por un periodista de LA PRENSA.

Para Elio Muñoz, presidente de la Asociación de Taxistas de Honduras (Ataxis), este conjunto de taxis ilegales desbordó mucho más a la oferta legal de taxis que llegó a un techo de 5,200 unidades por las malas prácticas de las autoridades.

En gobiernos anteriores, aseguró Muñoz, “mucha gente se hizo de un montón de números” porque los políticos otorgaban las concesiones a cambio de dinero o apoyo electoral.

Estacionamiento. Taxis colectivos estacionados sobre los derechos de vía del Ferrocarril Nacional en el centro de San Pedro Sula.

“ El rubro es un desastre. La maldita corrupción en los gobiernos de los diferentes tiempos es la causante de esto. San Pedro Sula podría vivir en un caos mucho mayor si los policías de Tránsito no trabajaran en las calles más congestionadas”, dijo. Dirigentes de organizaciones de transporte entrevistados por LA PRENSA estiman que la demanda puede ser atendida por unos 3,500 taxis. Esto indica que hay una sobreoferta de más de 4,700 unidades.

La excesiva oferta de taxis está obligando a muchos acaparadores de números, que lograron los beneficios hace varias décadas por medio de sobornos, a venderlos hasta en L25,000.

“Hay personas que tienen entre 100 y 200 números y no tienen un carro. Ahora, esos números los están vendiendo porque ya no es un negocio rentable”, dijo un transportista que solicitó el anonimato.

Un número es una concesión que el Estado le concede a un ciudadano para que la explote comercialmente, bajo la condición que no la puede vender. No obstante, durante años los han transferido a otras personas a cambio de dinero.

Algunos conductores de taxis consultados aseguran que la venta del número sin la autorización de las autoridades del Transporte le ha abierto las puertas a miembros de maras y pandillas a convertirse en transportistas.

'La corrupción se acabó y pondremos orden”: Rafael Ruiz

Rafael Ruiz, comisionado del nuevo Instituto Hondureño del Transporte Terrestre (IHTT), asegura que la corrupción en este sector se acabó y las nuevas autoridades, como él, están trabajando en ordenar todo el sistema para poner orden vial y modernizar a San Pedro Sula.

¿Cómo ven el sistema de transporte en la ciudad?
San Pedro Sula está entrando a una etapa de modernización, tanto la alcaldía, como el Gobierno le han apostado mucho al valle de Sula. Recordemos que el transporte ha sido manejado de una manera artesanal y ha habido mucho desorden, pero en los últimos años se ha estado imponiendo orden, se ha estado trabajando de la mano de la alcaldía. Yo creo que es el momento para entrar a una etapa de modernización del transporte debido a que las condiciones se están dando. El actual alcalde (…) está apostando para que San Pedro Sula sea una ciudad inteligente.

¿Cuáles son los factores que provocaron el desorden actual en el transporte ?
Recordemos que por más de veinte años se manejó el transporte de una manera informal, tanto autoridades gubernamentales como empresarios no llevaban un control. Hoy en día, un conductor le puede hacer más dinero que el propio dueño de la unidad, porque el dueño solo le pide una tarifa y el conductor puede meter 500 personas. Nunca hubo la voluntad política de realmente poner un ordenamiento, no había sanciones, no había multas (...) y todo era político.

¿Antes las autoridades de Transporte emitían permisos bajo la mesa por dinero?
Eso es un mito para nosotros. Tenemos un sistema tecnológico, todo está sistematizado, es decir, hoy en día, un ciudadano presenta una solicitud para tener una concesión del Estado de Honduras y nuestro sistema recopila la información y no le permite avanzar hasta que cumpla todos los requisitos. Un cartón ya no se imprime sin haber reunido todos esos requisitos (...). Eliminanos las condiciones para que el dirigente trate de sobornar a las autoridades (...).

¿Los empresarios son conscientes de que esas prácticas las eliminaron?
Los transportistas saben que eso ya quedó en el pasado. De hecho, hoy en día, aceptan y valoran mucho que no tienen que pagar sobornos. La gente no se debe asustar al escuchar que en el transporte hubo sobornos, eso era algo que ya se sabía, se supo. Por eso se creó el Instituto Hondureño del Transporte Terrestre para que realmente busquemos ese transporte, ese servicio que tanto anhelamos.