El nacionalista Nasry Tito Asfura, de 60 años, alcalde de Tegucigalpa desde 2014 a la fecha, seguido del liberal Carlos Roberto Flores, 69 años, presidente de Honduras en el período 1998-2002, son las dos figuras que acumulan más opiniones favorables con menos desfavorables por parte de sus conciudadanos en Honduras, de acuerdo con la más reciente encuesta de la firma Cid Gallup.
Le siguen en la evaluación el independiente Salvador Nasralla, 66 años, excandidato a la presidencia y figura de alto impacto de la televisión, y en cuarto lugar es votado el expresidente Manuel Mel Zelaya, 66 años, del partido Libre, ambos con fuertes opiniones favorables, pero también negativas.
En la evaluación hecha por la Gallup también aparece en los primeros cinco lugares el expresidente Ricardo Maduro, del Partido Nacional, quien gobernó entre 2002 y 2006.
La encuesta se realizó entre el 6 y el 14 de mayo de 2019 sobre una base de 1,237 entrevistados mayores de 18 años. Es la encuesta número 102 realizada en Honduras por la Cid Gallup que trabaja en Centro América desde 1979 y en el país desde marzo de 1983.
En esta ocasión, la Cid Gallup incluyó a figuras nuevas en la encuesta para seguir su evolución, como el diputado Darío Banegas, del Partido Liberal, Jorge Cálix, de Libre; el periodista Raúl Valladares, del Partido Liberal, y el también liberal Oscar Melara.
En relación a partidos políticos, el Nacional sigue siendo el mayoritario con un 31 por ciento del apoyo del pueblo. “Cuando se suma el apoyo al Liberal y a Libre no alcanzan el caudal de los oficialistas azules”, dice en su análisis la Cid Gallup.
La evaluación hacia el presidente Juan Orlando Hernández ha venido en declive desde septiembre de 2017. “Es uno de los mandatarios peor evaluados desde que el país regresó a la democracia en la década de 1980”, señala la Cid Gallup.
El Partido Nacional se mantiene como el preferido del grupo más grande de los ciudadanos desde 2009, cuando se dividió el Partido Liberal en dos partes. Surgió Libre que fue fundado por el expresidente Manuel Zelaya. Cuando surgió la elección de 2017, creció brevemente el Liberal y ello fue un camino para asegurar la victoria de Juan Orlando Hernández. No obstante, una vez más, se puede confirmar el descontento de la ciudadanía con su asociación partidaria. El 41 por ciento de las personas afirma no tener preferencia por ningún partido político. Este desencanto en la política puede verse afectado por la poca solución que se percibe ante los problemas ciudadanos.
Al mismo tiempo que tienen una mala percepción sobre el desempeño del presidente, los hombres también poseen una tendencia pesimista sobre las capacidades de Hernández para resolver su preocupación. Opinión ampliamente compartida con aquellos que poseen niveles de educación superior y con los que consideran que la situación económica de sus familias está peor.
El pesimismo reina en el país, sentimiento generalizado en prácticamente la totalidad de la población. Como se puede observar en el gráfico a continuación, el aumento de las personas que consideran que el país va por el rumbo equivocado es 8 puntos porcentuales, mientras decrece el apoyo de los optimistas en 7 puntos, con respecto a enero de 2019. Son aquellas personas que afirmaron que sus familias se encuentran en una mejor situación económica quienes tienen una mejor percepción sobre el camino que está tomando Honduras. Esta inclinación se produce con una serie de opiniones negativas que se verán en el resto del informe.
A partir de septiembre de 2017, antes de las elecciones de ese año, comenzó a caer las opiniones del desempeño del presidente Hernández. Desde ese entonces ha disminuido 47 puntos en el índice de la CID/Gallup. No fue muy bien evaluado en su primer período en la presidencia, pero se mantuvo en puntos positivos. Ahora, desde septiembre de 2018, se estabiliza en puntos negativos.
Juan Orlando Hernández desempeña “mal” o “muy mal” sus labores como presidente, según la manifestación del grupo mayoritario de informantes. Además, conforme aumenta el conocimiento e información de las personas mayor tendencia a opinar desfavorablemente sobre el desempeño del mandatario. Relevante es también mencionar que los seguidores de Libre son los más negativos en sus opiniones sobre la gestión del presidencial. Los nacionalistas, correligionarios del presidente, y quienes reportan que la situación económica está mejor ahora que en el año pasado, son quienes tienen mayor probabilidad de opinar favorablemente del desempeño de Hernández.
En uno de cada cinco hogares reside alguna persona que ha sido víctima del hampa en el último año. Es mucho más frecuente la victimización en Tegucigalpa y San Pedro en comparación con las zonas rurales. Los más educados y más jóvenes son los que tienen mayor probabilidad de convertirse en víctimas.
El Partido Nacional se sitúa en primer lugar de preferencia. Entre los partidos Liberal y Libre sumados llegan a 27 por ciento, aún por debajo de la agrupación oficial. El grupo más grande de ciudadanos no tiene ninguna predilección partidaria. Se puede discernir que hay un enfriamiento hacia los partidos políticos. Hace 20 años aproximadamente, un 80 por ciento de los adultos eran “azules” o “cheles”. Esa penetración partidista política ya no está presente.
El problema principal de un país normalmente es diferente a lo que es la preocupación de la familia. El desempleo es el desafío que se cita con más frecuencia. Similar a otros países, la falta de empleo es una situación que preocupa más a personas con una educación secundaria o menor. El segundo problema de importancia que destacan los ciudadanos es la corrupción en el Gobierno. Esta es una afirmación más popular entre aquellos con un nivel de educación alta. Como tercer lugar, lo ocupa la falta de hospitales y una atención médica adecuada, la cual se ha duplicado en menciones desde septiembre de 2018.