Tegucigalpa, Honduras.
Los días de quebranto emocional siempre se diluyen como sal en el agua. Norma Regina Gaborit de Callejas lo está experimentando y con calma espera a que su esposo Rafael Leonardo Callejas regrese de Estados Unidos con buenas nuevas.
Después de 57 días de estar resguardada en su hogar, atrincherada entre abrazos y los mejores deseos de sus íntimos amigos, la exprimera dama del país ha regresado para que la luz del sol brille en su vida.
Su retorno a la escena pública lo hizo en el club ecuestre La Herradura, de Tegucigalpa, para aplaudir a su bella hija Irene y a su nieto Lisandro Rafael, estrellas de la equitación en Honduras.
Ese semblante de incertidumbre, por instantes se disipó con sonrisas y leves alegrías, ya que Irene ganaba medalla de oro en salto sobre su hermoso caballo Felicidad, y su nieto competía, sumaban experiencia y ganaban puntos en el tablero de evaluación logrando así subir de categoría ecuestre y obtener una medalla de plata en preinfantil.
Norma, enfundada en su icónica camisa blanca, jeans pitillo y chamarra café con una coleta; gafas púrpura y hasta botas; aplaudía, vitoreaba y se emocionaba por instantes. Estuvo casi toda la jornada del primer día acompañada de su yerno Lisandro Flores, quien ha sido un soporte para los Callejas Gaborit en tiempos de tribulación.
Por los momentos, una de las mujeres más elegantes de Honduras está alejada de los flashes y miradas de la vida en rosa hondureña; pero, por su familia, sale a aplaudir logros como los que obtuvieron durante esta competencia de salto en el prestigioso club ecuestre donde, además, participaron grandes promesas de este deporte de élite.
El expresidente Callejas está vinculado al escándalo denominado Fifagate por lo que goza de libertad bajo fianza en New York donde espera una próxima audiencia a mediados de marzo.
 La exprimera dama se mantiene en pie y siempre radiante.
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