04/12/2025
10:46 PM

La reforma energética mexicana enfrenta a Pemex con Peña Nieto

La sa­cudida que experimenta la indus­tria del crudo y gas en México ha creado una rivalidad que pocos esperaban.

Ciudad de México, México.

La sa­cudida que experimenta la indus­tria del crudo y gas en México y que permitirá el ingreso de com­pañías extranjeras en el sector ha creado una rivalidad que pocos esperaban: la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) contra los reguladores del gobierno que quieren tener más voz y voto en la forma en la que el país explota sus hidrocarburos
Ante la amenaza de un decli­ve en la producción, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto consiguió la aprobación en el Con­greso de los cambios constitucio­nales necesarios para permitir la participación de firmas foráneas con capital y tecnología.

Los cambios plantean uno de los desafíos más grandes hasta hora para Pemex, quien enfren­tará competencia externa por primera vez en sus 76 años de historia.Pero los detalles de la reforma, que los comités legis­lativos empezaron a debatir esta semana en una serie de le­yes secundarias, han puesto en esquinas contrarias a Pemex y al Secretario de Energía, según funcionarios y observadores.

A Pemex le preocupa en par­ticular que uno de sus regulado­res, la Comisión Nacional de Hi­drocarburos, tenga la potestad de decidir con quién se asocia en proyectos conjuntos.

El gigante petrolero esta­tal quiere ser capaz de elegir un grupo de socios aceptables para cualquier proyecto determinado y que luego la comisión tenga la última palabra, ya que la alterna­tiva sería como un matrimonio arreglado, dijo Gustavo Hernán­dez, director general de Pemex Exploración y Producción, una subsidiaria de Pemex. “Y algunos matrimonios obligados no termi­na bien”, concluye.

Como fuente de un tercio de los ingresos del gobierno fede­ral, Pemex ha manejado por años la industria petrolera con poca regulación externa, con la liber­tad de escoger proyectos y su de­sarrollo. Sin embargo, la ley que se debate en el Congreso pone en manos de los reguladores buena parte de la toma de decisiones.

“Pemex ya no puede ser un es­tado dentro del estado”, dijo Lo­urdes Melgar, subsecretaria de Hidrocarburos.
Como señal de que estaba hablando en serio sobre la ne­cesidad de una regulación inde­pendiente, Peña Nieto nominó en abril al actual presidente de la Comisión Nacional de Hidro­carburos, Juan Carlos Zepeda, a otro periodo de cinco años por pedido del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.

“Mire, señor presidente, no podemos permitirnos desperdi­ciar la experiencia de este señor. El estado mexicano ha invertido cinco años de dinero y esfuerzo en él y no haría sentido desprender­se de él”, le dijo Coldwell al man­datario, según altos funcionarios del gobierno con conocimiento di­recto del tema.

Funcionarios del gobierno di­jeron que Zepeda, un economista, se ganó la confianza de Coldwell cuando los dos trabajaron hom­bro a hombro en la redacción de los cambios constitucionales en el sector energético que el Congreso aprobó en diciembre.

La decisión fue difícil para el presidente. Zepeda era mal visto por algunos al interior del Parti­do Revolucionario Institucional (PRI) y por directivos de Pemex porque había sido nombrado en 2009 por el Partido Acción Nacio­nal (PAN) y había criticado pro­yectos de Pemex en el pasado. Ze­peda declinó comentar.

“El ambiente dentro de la Se­cretaría de Energía y la Comi­sión Nacional de Hidrocarburos es muy anti-Pemex”, dijo John Padilla de la firma de consultoría IPD Latin America, en referencia a los dos reguladores. “Le guste o no, Pemex sigue siendo la gallina de los huevos de oro”, añadió.

Las nuevas reglas ponen fin al monopolio de Pemex y permi­ten que las firmas privadas ex­ploten el petróleo o gas de Méxi­co a través de diferentes tipos de contratos, que serán firma­dos con la comisión y no con la petrolera estatal.
De todas formas, Pemex se prepara para competir con las empresas privadas. “Cuando se compite con los mejores, va a mejorar. Eso es un hecho”, dijo Hernández.

José Valera, socio de la fir­ma de abogados Mayer Brown, dijo que a las empresas petro­leras generalmente se les per­mite elegir sus propios socios, y que el único lugar en Améri­ca Latina donde los reguladores pueden obligar una sociedad es en Brasil, donde Petrobras, em­presa en su mayoría de partici­pación estatal, debe tener una participación mínima en algu­nos campos.

Los estrategas políticos creen que la reforma le da a Pemex la autonomía necesaria para competir y que esto mejo­rará su eficiencia.

Otros no están tan seguros. “Hay un riesgo real de que Pemex se paralice y no reaccione con su­ficiente rapidez a los cambios, y de que permanezca en el pasado”, dijo Antonio Juárez, un consultor de energía y ex funcionario de la Secretaria de Energía.