04/12/2025
06:03 PM

Los chismes en la organización; sinónimo de desconfianza

  • 20 marzo 2015 /

La gente participa de los chismes cuando carecen de confianza o eficacia.

Redacción.

Primero, hablemos de por qué hay chismes. La gente no participaría de ellos si no cumplieran un propósito. De hecho, los chismes sirven para tres propósitos:

Son una fuente valiosa de información para los que desconfían de los canales formales. A veces sirven como liberación emocional de ira y frustración. Se usan como forma indirecta de hacer flotar o participar de conflictos interpersonales.

El cotilleo es eficaz para alcanzar estas metas en un sistema social no sano.

La gente participa de los chismes cuando carecen de confianza o eficacia. Recurrimos a amigos confiables en lugar de a los líderes. Nos volvemos proveedores de chismes cuando sentimos que no podemos tratar cuestiones delicadas de forma más directa.

Entre más lo uso, más refuerzo mi necesidad de este. La dependencia en el chisme puede minar la fuerza que se requiere para participar en una vida social compleja. También nos anestesia de la dolorosa incertidumbre que inevitablemente acompaña a la solución madura de problemas.

Los líderes pueden encarar el problema subyacente de tres formas:

Dejar de posibilitar

Los chismosos son premiados cuando los demás responden pasivamente (cuando simplemente escuchan). Para frenarlo, obligue a que salga a la luz.

Formar confianza en las alternativas

Reduzca la oferta de chismes disminuyendo la demanda. Cree opciones para ventilar problemas. Una opción es la reunión de participación general.

Una compañía también puede usar una plataforma de red social interna para modelar sinceridad y apertura sobre un número de tópicos.

Formar habilidades

El chisme es una forma de incompetencia aprendida; una habilidad adquirida que produce resultados deficientes.

Empiece a “reprogramar” a los empleados desde el primer día. Pida a los empleados nuevos que describan cosas que odian de otros lugares en los que han trabajado.

En los primeros lugares de la lista siempre están el chisme y las políticas de oficina.

Los gerentes que encabezan estas discusiones pueden usar este momento para ofrecer habilidades alternativas y estrategias para sacar a la luz inquietudes que sean emocional y políticamente riesgosas, y para desafiar a los empleados a que creen la cultura que quieran a través de su uso.

El chisme desaparece cuando los líderes dejan de posibilitarlo, cuando crean confianza en canales de comunicación saludables y cuando invierten en formar habilidades para que los empleados los usen.