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Tegucigalpa, Honduras.
Obtener un grado académico universitario no ha sido para un buen número de hondureños su pasaporte para salir de la pobreza. Son profesionales que a pesar de contar con un título universitario no encuentran empleo o son subempleados o no les pagan bien.
“Es un modo de pobreza que podríamos llamar la pobreza ilustrada”, expresa a D&N Rodulio Perdomo, economista del Foro Social de la Deuda Externa (Fosdeh), quien dijo que este es uno de los problemas detectados en el último estudio del organismo denominado “Hacia una nueva estrategia para el combate a la pobreza” en Honduras.
En ese estudio se refleja que, en 2013, los jefes de hogares analfabetas presentaban un nivel general de pobreza de 78.1% frente a un 22.8% en los hogares con una cabeza con un grado de educación superior, y que el índice de profesionales con grado superior no universitarios viviendo en pobreza extrema pasó de 7.7 en 2013 al 12.7% en 2014, en tanto los que tienen un grado universitario fueron del 6.5 al 7.1%.
Perdomo aseveró que este es un importante sector de la población que no ha tenido en la educación el pasaporte para salir de la pobreza, contrario a lo que sucedía en el pasado cuando bastaba con ser maestro o perito mercantil para tener la posibilidad de ascender en las escalas de la sociedad.
Pero hoy en día “las puertas del ascenso social se han cerrado y ahora nos encontramos con licenciados, ingenieros y doctores que son pobres”, expuso Perdomo.
Las teorías económicas y sociales identifican a la educación como uno de los principales antídotos de la pobreza en el mundo.
A mayor grado de escolaridad menor grado de pobreza. Según esas teorías, los años de escolaridad representan la posibilidad de acceder a mejores niveles de ingreso por medición de empleo mejor remunerado frente a aquellos que no cuentan con el mismo nivel de escolaridad.
¿Y por qué este fenómeno?
Perdomo dijo que una de las causas sería que el sector privado hondureño no demanda profesionales universitarios para sus actividades productivas, y esto porque, citó como ejemplo, el sector exportador, uno de los principales pilares de la economía, está cimentado en actividades que no requieren de personal altamente capacitado.
Para cultivar banano o café, los principales productos de exportación y generadores de divisas, no se necesita una alta escolaridad.
El sector privado funciona bien con analfabetas o con trabajadores con grados básicos, y cuando va a pagar, paga el salario mínimo”. El sector que más emplea a profesionales universitarios es el público.
De acuerdo con la encuesta, el 44% de los empleados públicos tienen un grado universitario. “Pero la tragedia es que no tienen la capacidad de absorber a la población que se gradúa en las universidades”.
“Esta es la foto de Honduras, este es el gran problema de Honduras. No tenemos una sociedad meritocrática en la que uno demuestra que tiene escolaridad y le van a pagar por esa escolaridad”, afirmó Perdomo.
Bajos salarios
El vicerrector de la Unitec, Marlon Brevé, no desconoce que actualmente son muchos los profesionales universitarios que al llegar al mercado laboral están siendo contratados por el salario mínimo establecido por algunas profesiones.
Con base en sus estadísticas, los estudiantes de Unitec comienzan con un promedio de salario de 16,000 lempiras, aunque dijo que hay áreas altamente competitivas, como las ingenierías en sistemas computacionales, mecatrónica y en telecomunicaciones, en las que comienzan con salarios de 25,000 lempiras.
Sin embargo, planteó, sabemos de casos que les ofrecen hasta 8 y 9,000 lempiras, y lo ideal es que le paguen lo que uno vale”.
Uno de estos casos es el de Maribel Paz, una egresada de la carrera de Mercadotecnia y Negocios Internacionales en 2014, quien aceptó un salario de 9,000 lempiras mensuales “porque era lo único que me ofrecían y yo necesito tomar experiencia en el mercado laboral para buscar una nueva oportunidad”.
Lejos de los rankings internacionales
De las 20 universidades que tiene Honduras, ninguna aparece en los listados de los centros de enseñanza más prestigiosos de América.
La QS University Rankings: América Latina - un ranking específico de las instituciones con mejor desempeño de la región en su edición de 2014, coloca en el más alto rango en América Latina a la Pontificia Universidad Católica de Chile (Chile), seguida de la Universidad de São Paulo (Brasil), Universidad Estadual de Campinas (Brasil), Universidade Federal do Rio de Janeiro (Brasil) y la Universidad de Los Andes, Colombia (Colombia).
Costa Rica es el único país de la región centroamericana que se incluye en el listado, en el puesto 21, con la Universidad de Costa Rica.