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Cuando dar multiplica los negocios: el trabajo voluntario

  • 10 noviembre 2015 /

Blake Mycoskie, fundador de Toms Shoes, se ha dedicado a viajar por el mundo, y desde el año 2006 ha entregado 35 millones de zapatos nuevos a niños necesitados, incluyendo a hondureños

Washington, Estados Unidos.

En un café en Argentina, Blake Mycoskie conoció algo con lo que no estaba familiarizado: trabajo voluntario.

Se lo comentaron unas mujeres que recogían, en la Buenos Aires de 2006, zapatos donados por ricos para entregárselos a niños de zonas apartadas de ese país, que por no tener qué calzar no iban a la escuela. Mycoskie, curioso, se fue con ellas a esos lugares.

Le impactó mucho, pero le surgió una pregunta “¿qué va a pasar cuando esos zapatos se les acaben?”. Tenía 29 años y, para entonces, ya había creado, por lo menos tres empresas. Ninguna tenía que ver con zapatos.

Pero se le ocurrió una idea. Pensó que era bueno para un cliente saber que si compraba un par estaba regalando otro. Esa es la génesis de Toms, la firma de calzado fundada por Mycoskie, que con zapatos básicos (alpargatas inicialmente hechas en garajes en Argentina) y bajo la estrategia One for one, “uno por uno”, no solo ha hecho un negocio próspero, sino que es calificado como el emprendimiento social más exitoso del mundo.

Toms vende sus productos en más de 63 países, ha entregado 47 millones de zapatos, tiene centros de producción en Argentina, India, Etiopía, Kenia, Haití y en otros países de Asia. En estas naciones coloca un 40% del calzado que dona.

¿Pero se puede ser rentable regalando tanto? La respuesta de Mycoskie, un texano que se hizo famoso por participar con su hermana en el reality Amazing Race (Argentina), es una: sí.

En una conferencia ofrecida en Colombia señaló: “Dar no solo hace que uno se sienta bien, sino que también le hace bien al negocio. Se pensaba que para los negocios cuando uno daba algo se estaba cediendo algo, pero nuestra empresa ha demostrado que se puede ser caritativo en el negocio y tener utilidades”.

Su clave parece tan sencilla como los mismos zapatos que vende. “La mayoría de las compañías de calzado se gastan mucho dinero en publicidad, en celebridades y en televisión.

Nuestro modelo se ha basado en el boca a boca, los medios sociales y que la gente le comente a los amigos.

Eso ha permitido que sigamos creciendo y dando al mismo tiempo. Cuando se incorpora el dar a los negocios los clientes son los mercaderes más fieles”, dice.

Este fue uno de los mensajes que dejó a empresarios a quienes invitó a incorporar el dar en sus sistemas productivos.

Sus zapatos se venden en Honduras en tiendas multimarcas, y ha donado miles de pares de manera directa y a través de empresas y ONGs, como Visión Mundial, Cepudo, Funazucar, Grupo Corinsa y su marca Pepsi, entre otros. Mycoskie ha viajado en varias ocasiones al país e incluso en 2011 llegó acompañada por las gemelas Olsen, famosas por la serie ‘Full House’.

Crecimiento

Mycoskie señala que este año proyecta crecer en facturación 10% y justificó la venta de 50% de la firma, el año pasado, al grupo de inversión Bain Capital, en que, en efecto, necesitaba crecer. “Hay distintas etapas de ser empresario. Al ser el dueño de 100% llevé a la organización hasta dónde la podía llevar y tenía aspiraciones de crecer a nivel mundial. Para hacer eso reconocí que tenía que hacer nuestra propia venta al detal”, agregó. Aunque Toms tiene éxito comercialmente, nunca había hecho ventas directas al detal.

“Fue importante encontrar un socio que tuviera la experiencia del retail y la expansión global. Al vender 50% me quedo con cierta cantidad de control y la idea es crecer el negocio más y también su impacto social. Es la primera vez que una empresa grande invierte en una firma que da tanto. Espero que eso vaya a inspirar a más compañías a que incorporen el dar dentro de sus negocios”, sostuvo.

Toms no se quedó sólo en los zapatos. Bajo la misma estrategia ‘uno por uno’ incursionó en la venta de gafas de sol y de café orgánico con una tostadora. Con el primero, por gafa vendida entrega otra de prescripción y ayuda a personas que sufren de cataratas. Y con el segundo, dona agua a las regiones productoras de África, donde hay abundante líquido para lavar el café, pero escasea para las personas.

Toms empezó haciendo 250 pares de zapatos para darlos a igual número de niños. Por cuatro años hizo el mismo tipo de producto, hoy hace cientos de alpargatas, zapatos de plataforma, masculinos y tenis.

A los jóvenes emprendedores les dejó este consejo: “cuando uno comienza un negocio es importante tener una historia sencilla y clara. Toms es muy fácil de entender: usted compra un par de zapatos, nosotros damos un par de zapatos. Las historias más sencillas son las más fáciles de diseminar y esto es algo importante cuando la gente está comenzando con un nuevo negocio”, dice.

Antes de Toms, Blake, un nativo de Texas, siempre tuvo un espíritu emprendedor. Comenzó cinco empresas. Su primera fue un servicio de lavandería que luego vendió. Entre proyectos empresariales, Blake compitió en la serie de horario estelar de CBS, The Amazing Race. Con su hermana, Paige, Blake viajó por el mundo y llegó a pocos minutos de ganar el gran premio de $1 millón de dólares. Blake es un ávido lector y viajero. Dice que busca ser un inspirador para los jóvenes, animándolos a incluir el dar en todo lo que hacen. Su esperanza es ver a un futuro lleno de empresas socialmente responsables con los consumidores y la gente.