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Criterios sobre un billete de mil lempiras

  • 19 agosto 2015 /

Algunos avizoran que la inflación se va a disparar; otros, que acelerará la devaluación.

Tegucigalpa, Honduras.

La emisión de un billete de más alta denominación siempre crea algún tipo de inquietud en la población. Algunos avizoran que la inflación se va a disparar; otros, que acelerará la devaluación.

El anuncio de que el Banco Central de Honduras (BCH) emitirá próximamente un billete de mil lempiras no es un aviso de que los precios de los productos van a crecer aceleradamente ni que el lempira aumentará su ritmo de depreciación.

A lo que responde la emisión de un billete de más alta denominación es a un estudio técnico, realizado por el BCH, de su necesidad para que la moneda (término genérico) cumpla su papel de facilitador de cambio en la sociedad.

Esto debido a que los aumentos de precios en el transcurso del tiempo van requiriendo de billetes de más altas denominaciones.

El ejemplo más claro lo podemos ver en los países que han tenido procesos inflacionarios altos o procesos hiperinflacionarios.

En estos últimos países se aprecia emisiones de billetes de diez mil, un millón o cinco millones producto del aceleramiento vertiginoso de los precios. Todo esto en período muy corto de tiempo.

Este no es el caso de Honduras. La última emisión de un billete de mayor denominación se efectuó en 1997. En ese momento también se tuvo los mismos temores, obviamente infundados, y en la práctica nada pasó.

Aunque en esos años los niveles inflacionarios fueron altos, esto se debió a razones diferentes a la emisión de un nuevo billete.

Lo que reconoce la emisión de un billete de mayor denominación es la inflación pasada, acumulada a lo largo del tiempo.

Por ejemplo, en los años sesenta, un refresco embotellado costaba 10 centavos de lempira, por lo que su intercambio no requería de billetes, sino de monedas. Es obvio que ahora las transacciones de refrescos requieren de billetes, dado el aumento de sus precios en el transcurso del tiempo.

Lo mismo sucede con el resto de bienes y servicios en general.

Lo que sí es importante en la emisión de cualquier nuevo billete de más alta denominación es, como se expresó, que esté basado en un estudio técnico bien fundamentado y no en presiones de ningún sector.

Es la dinámica de la economía la que marca la necesidad.

Adicionalmente, el BCH deberá hacer una campaña de información a los distintos sectores de la sociedad a fin de evitar especulaciones o interpretaciones erróneas alrededor de una acción que lo único que busca es facilitar el comercio de bienes y servicios.