San Pedro Sula, Honduras.
Los cafetaleros aseguran que en el país no hay trabajo forzado ni explotación infantil, ya que los menores que participan en la producción de café lo hacen en las fincas familiares para aprender sobre el manejo del negocio que heredarán de sus padres.
“El 95% de las fincas representan unidades productivas familiares y en zonas montañosas. Aquí, la actividad cafetalera es una tradición, y toda la familia participa”, indicó Guillermo Zaldívar, directivo del Instituto Hondureño de Café (Ihcafé).
Luis Larach, presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), opina que siempre que no se caiga en los calificativos de esclavitud y trabajo forzoso, el trabajo de los jóvenes en el campo “es una oportunidad de trabajo sin riesgo que se le puede dar a la población joven en lugar de que esté haciendo otras actividades que no les den ningún beneficio”.
Estas reacciones surgieron luego de que la Oficina de Asuntos Internacionales de Trabajo (Ilab) del Departamento de Trabajo de Estados Unidos incluyó a Honduras en el listado de países en los que se usa el trabajo infantil para la producción del aromático.
En la lista también se incluyen dos productos hondureños más: la langosta y el melón.
Asterio Reyes, presidente del Ihcafé, dijo que en los próximos meses vendrá la subsecretaria de Trabajo de EUA a realizar las revisiones a los sectores antes mencionados.
Ley
Miguel Pon, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Café de Honduras (Adecafeh), informó que la Asociación Nacional del Café de EUA ha hecho una aclaración respecto a la reciente Ley de Facilitación y Aplicación del Comercio. “La nueva disposición cierra una laguna de la ley arancelaria de 1930, que tenía una excepción y permitía la importación de productos producidos a través de trabajo forzado o trabajo infantil si existía una necesidad de consumo; la nueva ley elimina esa excepción”, indicó.
Agregó que “la ley por sí misma no pone una prohibición a la importación de café de Honduras o de cualquier otro origen, lo que ha establecido es el proceso para que una persona o consumidor en EUA solicite una investigación cuando sospeche que ha sido producido a través de prácticas poco éticas. Esta petición sería presentada contra el importador”, señaló.
Los cafetaleros aseguran que en el país no hay trabajo forzado ni explotación infantil, ya que los menores que participan en la producción de café lo hacen en las fincas familiares para aprender sobre el manejo del negocio que heredarán de sus padres.
“El 95% de las fincas representan unidades productivas familiares y en zonas montañosas. Aquí, la actividad cafetalera es una tradición, y toda la familia participa”, indicó Guillermo Zaldívar, directivo del Instituto Hondureño de Café (Ihcafé).
Luis Larach, presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), opina que siempre que no se caiga en los calificativos de esclavitud y trabajo forzoso, el trabajo de los jóvenes en el campo “es una oportunidad de trabajo sin riesgo que se le puede dar a la población joven en lugar de que esté haciendo otras actividades que no les den ningún beneficio”.
Estas reacciones surgieron luego de que la Oficina de Asuntos Internacionales de Trabajo (Ilab) del Departamento de Trabajo de Estados Unidos incluyó a Honduras en el listado de países en los que se usa el trabajo infantil para la producción del aromático.
En la lista también se incluyen dos productos hondureños más: la langosta y el melón.
Asterio Reyes, presidente del Ihcafé, dijo que en los próximos meses vendrá la subsecretaria de Trabajo de EUA a realizar las revisiones a los sectores antes mencionados.
Ley
Miguel Pon, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Café de Honduras (Adecafeh), informó que la Asociación Nacional del Café de EUA ha hecho una aclaración respecto a la reciente Ley de Facilitación y Aplicación del Comercio. “La nueva disposición cierra una laguna de la ley arancelaria de 1930, que tenía una excepción y permitía la importación de productos producidos a través de trabajo forzado o trabajo infantil si existía una necesidad de consumo; la nueva ley elimina esa excepción”, indicó.
Agregó que “la ley por sí misma no pone una prohibición a la importación de café de Honduras o de cualquier otro origen, lo que ha establecido es el proceso para que una persona o consumidor en EUA solicite una investigación cuando sospeche que ha sido producido a través de prácticas poco éticas. Esta petición sería presentada contra el importador”, señaló.
