05/12/2025
12:10 AM

Baja la presión para reformas en las economías emergentes

Una nueva oleada de inver­siones está quitando presión a algunos gobiernos de países emergentes que habían empe­zado a transitar el camino de las reformas económicas.

Nueva York, Estados Unidos.

A estas alturas del año pasa­do, conforme los inversionistas se retiraron de los mercados en desarrollo anticipando un alza de las tasas de interés en Estados Unidos cuando la Reserva Fede­ral retirara sus extraordinarias medidas de estímulo moneta­rio, los bancos centrales de Bra­sil, India, Indonesia, Sudáfrica y Turquía elevaron sus tasas de referencia para frenar la fuga de capitales y muchos países pro­metieron profundas reformas para restaurar la confianza.

Los flujos de inversión se han revertido desde entonces, impulsados por apuestas a que las tasas de interés permane­cerán cerca de cero en Europa y EE.UU. hasta bien entrado el próximo año. Eso ha permitido a los países emergentes poster­gar difíciles decisiones de polí­tica monetaria y podría limitar el crecimiento mundial.

Los inversionistas retiraron US$32.500 millones de acciones y bonos de 30 economías emer­gentes en junio de 2013, en ple­na turbulencia en los mercados, según el Instituto Internacional de Finanzas, una asociación de entidades del sector. La agita­ción política en Ucrania a partir de enero dio lugar a otra ola de salida de capitales.

No obstante, los inversionis­tas han inyectado US$221.700 millones en activos de países emergentes en los últimos 11 meses, incluyendo aproximada­mente US$45.000 millones en mayo, la cifra mensual más alta desde septiembre de 2012.

Ahora, algunos países, entre ellos Turquía, empiezan a rever­tir las alzas de tasas de interés bajo presión política. Otros es­tán aplazando reformas de po­lítica pedidas desde hace años por los economistas y que final­mente parecían estar cerca de concretarse.

Indonesia, por ejemplo, se ha demorado en reducir sus subsi­dios a los combustibles impor­tados, lo que ha dejado menos dinero para proyectos clave de infraestructura. “Es un caso cla­ro en el que el respiro provisto por los flujos ha aliviado la ur­gencia de las reformas”, seña­la Taimur Baig, economista de Deutsche Bank en Singapur.

Los países que no aprovechen este momento para mejorar ca­rreteras y puertos, liberalizar más sus economías y reducir las trabas burocráticas para atraer empresas extranjeras probable­mente tendrán una expansión más débil en los próximos años, lo que mermaría un importante motor de crecimiento global en momentos en que las naciones industrializadas se desaceleran, dicen economistas.

El Banco Mundial, en un in­forme publicado este mes, in­dicó que el crecimiento prome­dio en el mundo en desarrollo permanecerá por debajo de 5% en 2014 por tercer año conse­cutivo, en parte debido al lento progreso en los cambios estruc­turales.

Tras la crisis financiera global de 2008 y la recesión en EE.UU., los países emergentes, con China a la cabeza, ayudaron a apuntalar el crecimiento mun­dial mediante políticas de estí­mulo fiscal y monetario. China enfrenta un rápido aumento de los niveles de deuda, a un ritmo similar al que registró EE.UU. antes de la crisis.

Los países en desarrollo po­drían quedar expuestos a sali­das de capitales cuando las ta­sas de interés comiencen a subir en EE.UU. Hace un año, cuando los inversionistas preveían tasas más altas en EE.UU., los países que dependían mucho del finan­ciamiento externo —general­mente los países que importan más de lo que exportan— fueron los más afectados.

Muchos países emergentes respondieron subiendo sus ta­sas de interés para atraer ca­pitales, lo que desaceleró sus economías y redujo sus déficits comerciales y el crecimiento del crédito. Tales políticas, sin em­bargo, dejan a algunos países vulnerables a cambios repen­tinos en los flujos de capitales, señaló el Banco Mundial.

“Si las tasas de interés suben demasiado rápido o hay brus­cos retrocesos en los flujos de capitales”, advirtió el organis­mo, “las economías con grandes necesidades de financiamiento externo o rápidas expansiones de crédito interno en los últi­mos años podrían quedar bajo considerable presión”.

Por ahora, los inversionistas apuestan a que el aún anémico crecimiento en EE.UU., Europa y Japón mantendrá bajas las tasas de hasta entrado 2015, lo que los lleva a buscar rendi­mientos más altos en los países en desarrollo.

El índice de acciones de mer­cados emergentes de MSCI, que colapsó 15% desde fines de mayo de 2013 hasta tocar su punto más bajo el mes siguiente, ha re­cuperado desde entonces todo ese terreno perdido. Algunos mercados —India, Turquía y Sudáfrica— han registrado al­zas mayores.

Los rendimientos promedio de los bonos sobera­nos a 10 años de países en de­sarrollo descendieron a 5,2% a principios de junio, frente a un máximo de 6,7% en septiembre de 2013, según el Banco Mun­dial. La demanda de bonos hace bajar los rendimientos.

Algunos países parecen se­guir adelante con las reformas. El nuevo gobierno de India de­lineó este mes un plan para mejorar su infraestructura y el suministro de agua, y hacer in­versiones en ferrocarriles de alta velocidad, mientras que México ha abierto su sector energético a la inversión extranjera.

El progreso en otros países, en cambio, ha sido decepcionante. El partido gobernante en Sudá­frica ha prometido una transfor­mación radical de la economía, que se prevé crezca menos de 2% en 2014, pero el presidente Jacob Zuma no ha ofrecido detalles y ha mantenido ministros con po­bres credenciales de reformas, dicen los analistas. David Faulk­ner, economista de HSBC PLC en Johannesburgo, dice que el go­bierno necesita intensificar sus esfuerzos para resolver proble­mas como el alto desempleo y los obstáculos energéticos para propulsar el crecimiento.