San Pedro Sula, Honduras.
Unas 687 familias en 27 municipios han resultado beneficiadas del proyecto Otop (un pueblo, un producto, siglas en inglés).
La iniciativa gestiona un proceso de legalización y personería jurídica que permite formalizar pequeñas empresas y acceder a financiamientos a bajas tasas de interés.
“Estamos orientados a esos productos nostálgicos o artesanales y a todas aquellas tradiciones u oficios que se han ido perdiendo, las estamos rescatando”, cuenta Selvin Barralaga, coordinador del Proyecto Otop Honduras.
La primera etapa del proyecto, que inició en 2011, era inicialmente para Valle de Ángeles, región de la que se calcula que del 70 al 80% de las
artesanías comercializadas son de Nicaragua, Ecuador, Perú, entre otros países.
Barralaga explica que mediante el proyecto buscarán restaurar y equipar los talleres de los artesanos, de manera que vean este oficio como una plataforma de ingresos para sostener sus familias.
En la actualidad, algunos de los municipios beneficiados son Santa Lucía, Campamento, Trujillo, Tocoa, Sonaguera, Ojojona, San Marcos de Colón y Erandique, donde está la segunda mayor producción de ópalo en el mundo, luego de Australia, entre otros.
El ópalo es uno de los productos que ha recibido la indicación geográfica, un signo utilizado para productos que tienen un origen geográfico concreto y cuyas cualidades y características son esencialmente a su lugar de origen.
“La indicación geográfica les permite ser reconocidos a nivel mundial y distinguirse de otros productos”, dice Camilo Bendeck, director general de Propiedad Intelectual (IP).
El OTOP en Honduras es un proyecto piloto de cooperación entre la República de China (Taiwán) y la Secretaría del Despacho Presidencial.
Unas 687 familias en 27 municipios han resultado beneficiadas del proyecto Otop (un pueblo, un producto, siglas en inglés).
La iniciativa gestiona un proceso de legalización y personería jurídica que permite formalizar pequeñas empresas y acceder a financiamientos a bajas tasas de interés.
“Estamos orientados a esos productos nostálgicos o artesanales y a todas aquellas tradiciones u oficios que se han ido perdiendo, las estamos rescatando”, cuenta Selvin Barralaga, coordinador del Proyecto Otop Honduras.
| 687
Familias beneficiadas
Desde 2011, el Otop ha beneficiado 27 municipios, la meta es sumar 40, entre ellos Omoa en Cortés.
|
Barralaga explica que mediante el proyecto buscarán restaurar y equipar los talleres de los artesanos, de manera que vean este oficio como una plataforma de ingresos para sostener sus familias.
En la actualidad, algunos de los municipios beneficiados son Santa Lucía, Campamento, Trujillo, Tocoa, Sonaguera, Ojojona, San Marcos de Colón y Erandique, donde está la segunda mayor producción de ópalo en el mundo, luego de Australia, entre otros.
El ópalo es uno de los productos que ha recibido la indicación geográfica, un signo utilizado para productos que tienen un origen geográfico concreto y cuyas cualidades y características son esencialmente a su lugar de origen.
“La indicación geográfica les permite ser reconocidos a nivel mundial y distinguirse de otros productos”, dice Camilo Bendeck, director general de Propiedad Intelectual (IP).
El OTOP en Honduras es un proyecto piloto de cooperación entre la República de China (Taiwán) y la Secretaría del Despacho Presidencial.
