21/12/2025
11:15 PM

Ancianos le hacen de empacadores para compensar míseras pensiones

  • Actualizado: 03 abril 2015 /

La jubilación es de 80 dólares mensuales; es decir, la mitad del salario mínimo.

Ciudad de México, México

Prudencio empaqueta tan rápido como puede las mercancías de los clientes de un supermercado de Ciudad de México. No recibe sueldo, pero las propinas que gana este hombre manco de 66 años le alcanzan para sonreír y completar su pobre pensión.

“Con mi jubilación (de 80 dólares mensuales, casi la mitad del salario mínimo) no es suficiente y no encuentro ninguna dificultad para ser empacador voluntario aunque me falte un brazo”, dice Prudencio Díaz, uno de los cerca de 22 mil ancianos que diariamente realizan esta labor en supermercados de todo el país.

México, segunda economía latinoamericana con un PIB per cápita de más de 10,000 dólares, solo paga pensiones a un 25% de sus más de 11 millones de adultos mayores. Esto puede deberse a que trabajaron en la informalidad, o no alcanzaron a cotizar el tiempo mínimo estipulado, o porque, como gran parte de las mujeres, se dedicaron a las tareas domésticas. Después de una infancia cuidando ganado en su natal Zacapoaxtla, Puebla (centro), Prudencio emigró a los 15 años a la capital, donde inició una errática vida que penduleaba entre el deporte -su pasión- y toda clase de empleos, la mayoría informales.

Fue cargador de botellones de agua, camionero, boxeador improvisado -ganaba 10 dólares por pelea-, mesero y barman en un restaurante de lujo. “Beso de Ángel, Alfonso XIII, Piña Colada, Desarmador... todas esas bebidas sé hacer”, cuenta Prudencio, con una indeleble sonrisa en la que faltan algunos dientes.

El accidente que le arrebató el brazo derecho hace 25 años, mientras trabajaba como mecánico en un taller, no lo detuvo para continuar su carrera deportiva en la que explica orgulloso que participó en más de 35 maratones alrededor del mundo.

Pese a estos logros “no me alcanza para vivir”, dice el infatigable Prudencio, quien ahora, además de ser empacador, vende tamales (pastelillos de maíz) a la salida del supermercado, es entrenador de jóvenes maratonistas, prepara bocadillos para fiestas y hasta es actor en comerciales televisivos.

Propina versus salario. El panorama de los jubilados en México no debería mejorar a medio plazo pues más de la mitad de las personas que trabajan actualmente lo hacen en la informalidad, mientras que unos 800 mexicanos cumplen 60 años cada día.

Los ancianos necesitan seguir generando ingresos, y si no se les abren los espacios “van a andar de ambulantes, vendiendo cosas, se van a arriesgar en actividades donde podrían tener accidentes”, reconoce Bárbara Bernés, subdirectora de concertación del gubernamental Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam).