Tras la decepción de haber tenido tan cerca una épica remontada en semifinales de la UEFA Champions League frente al Borussia de Dortmund, el Real Madrid ha vuelto a la rutina llevando a cabo una sesión de preparación para el próximo partido liguero ante Valladolid, que disputarán en el Bernabéu ante su afición, a la que sin duda querrán agradecer el apoyo de los últimos días.
El abrazo entre José Mourinho y Sergio Ramos en el entrenamiento ha sido una enciclopedia sin palabras. El entrenador felicitó y dio su reconocimiento al representante de esta forma al referente de la garra del Real Madrid.
El preparador portugués se rinde ante la fuera de volunta de un 'Titán', el sevillano, que marcó el 2-0 frente al Borussia Dortmund, llevó al equipo en volandas y levantó al público de sus asientos.
Fue Ramos quien se pegó literalmente con Robert Lewandowski en un partido épico. Fue Sergio quien transmitió su sangre al resto de compañeros. Y el portugués lo sabe. Y se lo demuestra.
Mourinho y el defensa han tenido enfrentamientos a lo largo de estos tres años. Al responsable del equipo no le han gustado diversas decisiones individuales del zaguero en el campo, sin contar con quien manda. En diversas ocasiones ha cambiado los marcajes con Pepe, rompiendo lo planificado. Ha llegado a tirar un penalti sin pedir permiso al técnico. Y lo que más molestó al entrenador fueron declaraciones del central en las que contestaba a su inmediato superior.
La divergencia más clara se produjo en el Sánchez Pizjuán, esta temporada. El Madrid perdió 1-0, en una jugada de estrategia. Después dominó y no consiguió empatar. Mourinho acudió a la sala de prensa y criticó a los jugadores en general por falta de actitud. Se refería a seis de los catorce que utilizó en el encuentro. Era una acusación que venía haciendo desde agosto, cuando observó que algunos futbolistas no rendían, no ofrecían la implicación necesaria, empezando por Marcelo.
Ramos nunca fue uno de los señalados. Y menos en Sevilla, donde lo dio todo. Pero en el Pizjuán ejerció de capitán y respondió en defensa de sus compañeros: 'No ha habido falta de actitud, sino que nos han marcado y no hemos sabido empatar. Lo hemos dado todo y no han salido las cosas'.
La reacción del míster fue que Sergio se quedó en el banquillo en la visita europea del Manchester City. Puso a Varane como titular. Fue el comienzo de la explosión del francés, que terminó quitando el puesto a Pepe, no al hispalense.
El sevillano volvió al once en campo del Rayo. Y volvió a ser un baluarte. Mourinho se lo reconoció con la titularidad fija. Desde entonces no ha dejado de jugar, salvo por sanción. El defensa posee el carácter luchador que gusta al luso.
Ramos y su jefe limaron diferencias. El futbolista alabó a Mourinho y su saber hacer en una reciente entrevista a ABC. Subrayó que le gusta el carácter del entrenador. Ahora, este abrazo, en el entrenamiento de hoy, expresa un reconocimiento del técnico a la entrega de su líder de la defensa.
El andaluz lloró tras caer eliminados. A Mourinho le gustan los futbolistas con esa implicación.
