Luego del entrenamiento de la Selección de Honduras, que se prepara para medirse con Canadá este viernes en el arranque de la cuadrangular rumbo a Rusia 2018, el delantero Ángel Tejeda recibió una visita que llevaba tres años esperando: la de su madre.
Alma Portillo, quien apenas se había bajado del avión que la transportó a suelo tejano proveniente de Miami, Florida, adonde reside, esperó pacientemente a su vástago en el lobby del hotel de concentración de la Bicolor y visiblemente emocionada se abalanzó sobre el cañonero del Honduras Progreso, quien sumamente alegre conversó por unos minutos con ella, se marchó a ducharse a su habitación y, con el permiso del cuerpo técnico, retornó a atender a la encargada de darle la vida hace 23 años.
Doña Alma, quien emigró hace más de 18 años a la nación del norte, tenía tres de no ver al prometedor atacante de la H, por lo que estará estos días en la “Ciudad Espacial” antes de que este emprenda vuelo hacia Vancouver, en donde el viernes buscará, si Pinto lo decide, pulverizar las redes de los de la Hoja de Maple.
“Es una bendición de Dios poder ver a mi hijo, les agradezco porque sé que en Honduras lo quieren. He visto los reportajes y me alegra mucho verlo”, manifestó la progenitoria de Tejeda.
La madre del dueño de las alegrías progreseñas en la Liga Nacional agregó que “tenía tres años de no verlo. Hace 18 quedaron con mi mamá, quien ya falleció; les tocó quedarse solos a los tres: a Estephanie, Gabriela y Ángel”, detalló.
Sobre su más reciente viaje a la patria que la vio nacer, doña Alma cuenta que “fui en 2012 que nació mi nieto y vivo desde el 97 acá. Desde que me vine de Honduras nada les hizo falta, ni estudios ni alimentación”, confesó.
Al ser consultada por la sensación que le ha embargado el estar lejos de tres de sus cuatros hijos -el menor, un varón, vive con ella en Florida-, Alma expresa que “tras separarme de ellos entré al camino de Dios. Agradezco a Él y a ustedes que han apoyado a mi hijo; los felicitó a los medios”, reconoció.
Ya finalizando el amoroso reencuentro, la entusiasmada Alma manifestó que “el amor de madre es tremendo, que él (Ángel) tenga visa es un milagro de Dios”.