“Por el bien de la Selección y el fútbol hondureño debo volver a la Selección”, dijo claro y contundente Julio César Rambo De León, quien acaba de volver de Italia, adonde firmó con un nuevo representante que lo ubicará en los próximos días en algún club europeo; aunque sigue deseando ser fichado en España.
Rambo indicó que jugadores como él y Amado Guevara son aún elegibles para la Bicolor y trajo a colación que pese a los años aún tienen fútbol para integrar el equipo nacional.
“Apenas tengo 32 años y quiero llegar al Mundial de 2014. Yo estoy bien para regresar a la Selección. Si me llama, excelente y feliz de la vida. Y si no, pues como un hincha más”, declaró en entrevista a la capitalina Radio Cadena Voces.
De León además argumentó que los “jugadores veteranos” son los líderes de las selecciones en la actual Eurocopa.
El jugador fue confrontativo y reaccionó diciendo que “la Selección se respeta, no es un negocio para nadie, es el sentimiento de un pueblo”, sin dejar claro para quién iba dirigido el mensaje.
Julio sostiene que algunos jugadores han llegado a promocionarse al Equipo de todos, pero al mismo tiempo se defendió, “a mí ni a Edgar Álvarez nunca nos han apadrinado en la Selección. Siempre hemos dicho que sí a la Selección”.
Además indicó que el entrenador Luis Fernando Suárez es dueño de los problemas de la escuadra nacional. “Si el profe se complica la vida y no llama a los jugadores que tienen que estar, es problema de él”.
Le tira a Treviño
Julio jugó el último torneo para Motagua bajo el mando del mexicano José Pepe Treviño, entrenador al que acusó de no ponerlo a jugar en los momentos en los que él mejor estaba.
“A Treviño lo respeto, pero me enoja que cuando mejor jugaba y estaba cerca de anotar, me sacaba. Y cuando estaba bien, no me metía”.
Rambo manifestó que enfrentó problemas de entendimiento con el DT de las águilas azules. “Nunca me pude adaptar a la mentalidad del actual entrenador del Motagua, vengo de Europa y es distinto”, cerró el jugador esta parte del tema y luego dio gracias a la directiva de Motagua, con la que aseguró haber salido en buenos términos y a la que no le cobró los seis meses más de contrato pendientes.
Y mientras Julio César hablaba del buen entendimiento con los directivos, Treviño declaraba que la salida de Rambo del equipo obedeció a aspectos económicos, no deportivos ni futbolísticos del jugador.
