Ver a Wilson y Jerry Palacios lucir una sonrisa no es más que el reflejo de la felicidad que embarga a estos hermanos que junto a la Selección Nacional de Honduras, están a las puertas de disputar su segunda Copa del Mundo de manera consecutiva.
“Estoy feliz, estar aquí es una bendición de Dios”, afirma Wilson, quien milita en el Stoke City de la Premier League de Inglaterra. “Con Jerry siempre hablamos, el estar con él es siempre una motivación, tenemos tiempo para compartir y hablar un poco de la familia”, siguió.
“En casa de mi papá hay mucha emoción, en Sudáfrica fuimos los tres con Jhonny, esta ocasión nos toca solo a dos, pero la alegría es igual de inmensa”, agregó.
Por su parte Jerry fue más amplio, habló de la intimidad de la casa de papá Eulogio y mamá Orfilia. “Ambos están orgullosos de nosotros, Wilson y yo hemos dado el máximo siempre, la familia está motivada, tenemos la ilusión de hacer un gran campeonato, en 2010 no nos fue tan bien, pero ya han pasado cuatro años y hemos aprendido mucho”, explica.
Jerry, quien quedó como subcampeón en la Liga de Costa Rica al perder la final con global de 1-0 ante el Saprissa con el Alajuelense, pasó dos días en casa de sus padres y revela lo que le dijo su madre antes de emprender este viaje largo de casi dos meses y en el cual buscará cumplir un sueño de niño, marcar en un Mundial.
“Mi mami lo primero que me dijo fue que le diera gracias a Dios por esta oportunidad, que estuviéramos cerca, que habláramos, que aprovecháramos estos momentos juntos para unirnos más y compartir más tiempo. Me pidió que me esfuerce y que estuviera tranquilo”, siguió.
“Mamá y papá le mandaron a decir a Wilson que están orgullosos de él, que siempre lo han estado, que le desean lo mejor. Lo extrañan mucho, Wilson se fue temprano de casa para cumplir su sueño como futbolista, que sea fuerte, que disfrute este momento y que sea feliz con lo que haga”, indicó.
UN BUEN MUNDIAL EN HONOR A EDWIN RENÉ
Wilson y Jerry tienen dos objetivos bien marcados y definidos, el primero de ellos es hacer un buen Mundial a nivel colectivo y el segundo es poder anotar un gol para dedicárselo a su hermano Edwin René, secuestrado y asesinado en 2007.
Jerry así lo explica: “Hemos pasado tiempos muy difíciles. Yo siempre he trabajado muy fuerte, estuve dos años fuera de la Selección, pero nunca me he dado por vencido, eso me ha llevado a estar vigente mucho tiempo en el fútbol. A nivel personal este Mundial es una oportunidad de rendir el mejor de los homenajes a un ser que ya no está con nosotros”.
“Cuando uno sueña y lucha, todo se hace realidad. Si Wilson y yo anotamos un gol sería muy especial, nos marcaría para toda la vida. Lo celebraría con todo, se lo dedicaría a mi familia y en especial a mi hermanito René, él sigue vivo en nuestros corazones. Wilson siempre me dice que todo lo que hacemos es para nuestro negrito allá en el cielo”, expresó un tanto emocionado.