En el corazón de La Ceiba, Honduras, nació una historia de lucha y perseverancia. Edson Brooks, un talentoso delantero de apenas 16 años, ha demostrado que los sueños no tienen fronteras.
Actualmente vive en Texas y brilla con el Aspire FC en la United Premier Soccer League (UPSL) de Estados Unidos, donde ya suma más de 70 goles y dos premios MVP dejando huella con su olfato goleador y determinación.
Su imponente físico y velocidad lo hacen destacar como cualquier otro. Pero su camino no ha sido fácil. Desde pequeño, Edson enfrentó desafíos que marcaron su infancia.
A los nueve años, junto a sus padres, emprendió un viaje incierto en busca de un futuro mejor hasta las tierras del ‘tio Sam’. Como muchos migrantes, se subió a ‘La Bestia‘, el temido tren que transporta a miles de personas en una travesía llena de peligros.
Pasó hambre, frío y momentos de angustia. “En un momento estábamos sentados en un bosque sin comer, mi familia y yo teníamos que pedir dinero a los carros que venían para conseguir dinero y comer algo; no ha sido fácil. Es algo que ha quedado en mi mente por el esfuerzo que han hecho mis padres”, remembró.
Y agregó: “En una ocasión vi a mi padre corriendo para el tren con un cartón, como hacía frío, teníamos que cubrirnos”.
Su paso por las inferiores del Houston Dynamo y oportunidades en el extranjero
Su talento lo llevó a las inferiores del Houston Dynamo, donde tuvo un fugaz paso. Sin embargo, no logró quedarse debido a situaciones familiares que lo obligaron a tomar otro rumbo.
Las impresionantes actuaciones de Brooks han llamado la atención de reclutadores, incluso desde Europa, pero su estatus de inmigrante han sido obstáculos en su camino.
“Una vez me vinieron a buscar de Orlando City, me ha costado tomar la decisión porque no estamos pasando por un buen momento con la familia. Mis padres son luchadores y ellos hacen lo posible para que yo pueda jugar, pero mudarme a otro sitio es una lucha constante”, enfatizó.
En medio de ello detalló que “he tenido la opción para ir a Europa, pero todavía no puedo salir por mi estatus. Eso está frenando mis sueños, me han pedido hacer pruebas, pero no he podido”.
Pese a todas estas adversidades, el pequeño Edson tiene las metas claro: jugar una Copa del Mundo con Honduras. “Siempre he deseado jugar para Honduras, quiero que se tomen la oportunidad de verme y observar lo que sé hacer, no los voy a defraudar. Soy rápido, el defensa se va a ir sí o sí”, dijo con determinación.
Edson Brooks escribe su propia historia, una de sacrificio, esperanza y pasión por el fútbol. Su viaje no ha terminado, y su sueño de brillar en lo más alto sigue vivo.
