El central del Barcelona, Gerard Piqué, fue expulsado durante el descanso del partido que su equipo juega en Pamplona contra Osasuna por increpar al árbitro, Jesús Gil Manzano.
En su último partido, Piqué se dirigió al colegiado nada más acabar el primer tiempo y, ante la negativa de este a iniciar una discusión, lo persiguió muy airado hasta el túnel de vestuarios.
Al reanudarse el encuentro se conoció que Piqué, suplente en este partido, había sido expulsado.
Gerard Piqué sorprendió a todos el pasado jueves anunciando que colgaba las botas, una decisión llegada en medio de una pérdida de protagonismo sobre el campo y que ayudará a aliviar las finanzas del Barça.
El técnico Xavi Hernández ya le había advertido, según la prensa, que no sería la primera opción en la zaga.
Sus errores en el partido de Champions contra el Inter de Milán, en el que el Barça se jugaba prácticamente todas sus opciones de pase a octavos (empate 3-3) le dejaron señalado y oyó los pitos de la grada.
Fiel a su palabra, su caída de rendimiento, a sus 35 años, le lleva a dar un paso, que también supondrá un alivio para las arcas del club.
“El Barça se ahorrará como mínimo unos 50 millones (de euros/48,9 millones de dólares) con la salida de Piqué, que perdonará al club el año y medio que le queda de contrato”, afirma el diario As.
Piqué se va, pero nunca ha escondido su deseo de ser presidente del Barcelona algún día y como advirtió en su vídeo de despedida “tarde o temprano, volveré”.
