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El Bernabéu despidió a Cristiano y al Real Madrid con silbidos

  • 03 noviembre 2015 /

Los blancos ganaron al PSG y clasificaron a octavos, pero su poco fútbol no dejó contenta a la grada madridista.

Madrid, España.

La afición del Real Madrid se mostró inconforme con la actuación que dejó este martes el equipo de Rafa Benítez frente al París Saint Germain, pese a ganar (1-0) y lograr el boleto a los octavos de final de la UEFA Champions League.

Una vez que el árbitro inglés Marc Clattenburg senaló el final del partido y en el Santiago Bernabéu empezó a sonar música de viento. El Madrid firmó un partido rácano, flojísimo y muy afortunado, a años luz del que disputó hace sólo dos semanas en el Parque de los Príncipes de París.

El PSG mereció más en su visita al conjunto merengue, por juego y por ocasiones debió marcharse como mínimo, con un empate. Pero el fútbol muchas veces tiene estas cosas. La primera mitad fue un auténtico repaso en toda regla de los franceses a los que sólo les falló la puntería en los metros finales.

Los postes y el guardameta costarricense Keylor Navas salvaron la noche al Real Madrid. El sueco Zlatan Ibrahimovic no llegó en boca de gol a un buen centro de Maxwell y Edinson Cavani perdonó un mano a mano increíble ante el afortunado portero tico.

El gol del Real Madrid llegó antes del descanso gracias a un error del portero del PSG, Kevin Trapp, y que fue bien aprovechado por el español Nacho Fernández para marcar el único tanto del partido. Este ‘milagroso’ resultado no logró tapar algunos tímidos pitos que la afición dedicó al equipo camino de los vestuarios.

Real Madrid mejoró en su juego en la segunda parte, pero terminó encerrado atrás en los últimos minutos y a punto estuvo Ángel Di María se poner tablas con un tiro libre que se estrelló en el horizontal.

Con el paso de los minutos la grada empezó a perder la paciencia y ni Cristiano Ronaldo se salvó de la bronca tras fallar un pase en un contraataque que podía acarrear peligro. Con los 11 jugadores blancos totalmente aculados se llegó al final y en ese momento el público estalló con una sonora pitada que solamente mitigó el himno blanco que sonó por megafonía.