El 7 de agosto de 1991 en la tierra del maíz, de los montes altos y verdes, el prodigio del arbitraje nacional vio la luz del mundo. Hoy, Saíd Martínez vive un momento glorioso.
Este primero de agosto se convirtió en el primer árbitro hondureño de la historia en pitar la gran final de la Copa Oro, el máximo torneo de selecciones de la Concacaf. En dicho encuentro, Estados Unidos se coronó campeón al vencer a México por 1-0.
“Una noche así puede hundirte o catapultarte. Estoy claro, sé donde tengo mis pies y no he logrado absolutamente nada. Di un paso importante, sé adonde quiero ir y de donde vengo”, expresó Saíd.
SUS INICIOS
Saíd Martínez en sus primeros años como árbitro en Tocoa. A los 11 años ya le pagaron por dirigir un partido.
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Sin embargo, para tratar de ser alguien en la vida se le cruzó por la mente ser doctor, con el visto bueno de la familia numerosa. “Iba a estudiar Medicina porque una vez le escuché a mi papá decir que le gustaría que yo fuera doctor para curarle el dolor que padecía en el estómago”.
Pero le ganó más la pasión de impartir justicia en una cancha y decidió seguir los pasos de su progenitor. Con 10 años tenía en mente que sería árbitro de la primera división. “Yo le dije a mi papá: quiero ser árbitro y mi mamá no quiso. Me pedía primero que me portara bien en la casa. Lo mal portado era que me quedaba jugando pelota descalzo al momento de hacer los mandados”.
Saíd llegó con 16 años a la filial de árbitros de Tegucigalpa y dos años después dirigió su primer partido en Primera División.
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Con apenas 13 años llegó a Tegucigalpa para competir en las olimpiadas de matemáticas a nivel nacional y obtuvo el segundo lugar. “Fue un momento clave. Por primera vez salí lejos y me gustó”.
Seguido tomó la decisión de su vida, con 16 años se trasladó a vivir a la capital para seguir su anhelo de tocapitos. “Viví muchas injusticias en Tocoa, ya era árbitro y hacía pruebas físicas, pero nunca me tomaron en cuenta y decidí retirarme con apenas 16 años. Yo con lágrimas, y me dijo don Mario Pavón que yo iba a tener una oportunidad, búsquela y esté preparado. óscar Rodríguez me aconsejó trasladarme a Tegucigalpa para primero culminar mis estudios y seguir en el arbitraje”.
Fue profesor de matemáticas en diferentes institutos de la capital. Hoy está alejado de las aulas.
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En la capital combinó sus estudios con el arbitraje, se graduó como licenciado en Matemáticas en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán en 2011. “La matemática es una ciencia exacta, pero en el arbitraje no sabemos cómo estará el clima, a veces hay sol, a veces está nublado. En las matemáticas todo está estipulado, son leyes o teoremas demostrados; pero en el arbitraje no sabemos qué es lo que va a pasar”.
Junto a su padre y sus hermanos, tiene una familia numerosa.
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El destino lo llevó a ser considerado el mejor árbitro a nivel nacional, y desde 2017 es árbitro internacional Fifa, por lo que ha impartido justicia en amistosos de selecciones, Liga de Campeones, Liga Concacaf, Mundiales Sub-17 y Sub-20, Preolímpico Sub-23, Copa Oro, y es uno de los ocho árbitros seleccionados por Concacaf que aspiran a dirigir en el Mundial de Catar 2022.
Está casado con Joselyn Reyes y tienen una hija llamada Valeria, a quien le encanta ver a su padre en la televisión.
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ADIÓS AULAS
Saíd Martínez se considera un hombre de decisiones, luego de formar su hogar planeó su futuro pensando en lo mejor para su pequeña hija Valeria.Tomó la decisión de dejar de dar las clases de matemáticas para estar de lleno en el arbitraje. “La Copa Oro fue la graduación, lloré en el vuelo de Las Vegas a casa, recordé todo lo que tuve que atravesar. Saíd es un hombre humilde, sabe de sus orígenes, ayer almorcé en uno de los hoteles más lujosos del mundo y hoy puedo estar en casa, cerca del fogón comiendo o con un par de baleadas en el Parque Central”.
Su momento cumbre ha sido dirigir la final de la Copa Oro entre Estados Unidos y México en Las Vegas, Estados Unidos.
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El momento que no se le olvida a Saíd, o podría decirse la noche gris como árbitro, ha sido la final entre Motagua y Real España. “Siento que el campeón fue muy justo, pero no entregué una final limpia. Me dolió ese partido, no creo volver a ver las imágenes de ese juego por decisiones donde estaba distante y el ángulo de vista no me permitió ver. Querés que el fútbol celebre lo justo y hay que tener la suficiente hombría para aceptar que me equivoqué”.
La foto que nunca sale, junto a Amado Guevara, en un partido entre Motagua y Vida en La Ceiba en 2012.
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“¿Insultos de árbitros? eso era del arbitraje de antes, hoy no se da para insultos, todo se escucha”, cerró el Matemático.
Saíd Martínez cuando consiguió el gafete de árbitro internacional de la FIFA.
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El árbitro hondureño junto a sus alumnos en la clase de matemáticas.
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Saíd se considera un hombre romántico y detallista, su película favorita es Casino Royale.
Saíd iba a dirigir la final del Preolímpico Sub-23 en Guadalajara en marzo, pero salió de la lista porque la Bicolor avanzó a dicha instancia.
10 años tenía Saíd cuando pitó su primer partido, fue un encuentro de un torneo de veteranos en Tocoa.
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