En los años 90, figuras como Kate Moss y películas de culto como “Matrix” popularizaron la estética minimalista caracterizada por líneas puras y sencillas.
Hoy, esta misma tendencia, inspirada en esos referentes, regresa con fuerza para las próximas temporadas. Menos es más. Pureza de las formas, una paleta de colores reducida y la ausencia de ornamentación innecesaria se convierten en los mantras del minimalismo, un estilo que se basa en piezas versátiles, atemporales y funcionales, diseñadas para destacar la calidad de los materiales y la habilidad en la construcción.
“En esencia, el minimalismo busca crear un impacto visual sin recurrir a la exageración. A menudo, una prenda minimalista se centra en el corte perfecto, tejidos de alta calidad y detalles precisos que a primera vista pueden parecer sencillos, pero que son producto de un diseño meticuloso”, explica el estilista Alberto del Sol.
El minimalismo no solo es una reacción estética, sino también cultural: “En tiempos de sobreproducción y consumo rápido, el minimalismo invita a la reflexión y a valorar lo duradero y esencial”, explica el estilista sobre una filosofía que tiene raíces en movimientos artísticos y arquitectónicos como el modernismo.La década de los 90 marcó un antes y un después en el minimalismo en moda, consolidándose como un fenómeno cultural y estético que contrastaba con la ostentación de los años 80, que abrazaba el exceso con colores vibrantes, hombreras exageradas y detalles llamativos.
El regreso del minimalismo en la moda actual
En los últimos años, el minimalismo ha vuelto a ocupar un lugar destacado en la moda, impulsado por diseñadores que reinterpretan sus principios bajo una lente contemporánea que responde tanto a un rechazo al ‘maximalismo’ de la última década como a una creciente preocupación por la sostenibilidad y el consumo consciente.
Phoebe Philo, quien revolucionó Céline durante su etapa como directora creativa (2008-2018), es considerada una de las principales responsables de reavivar el minimalismo en el siglo XXI.
Su enfoque en piezas funcionales, pero cargadas de sofisticación, convirtió a Céline en un referente de la moda para mujeres modernas y prácticas. Otro diseñador destacado en esta nueva ola es Daniel Lee, quien, durante su paso por Bottega Veneta, reinterpretó el lujo minimalista al modernizar los icónicos bolsos tejidos de la marca y fusionar el diseño limpio con un toque contemporáneo.