Seguramente alguna vez has escuchado hablar de la “mamitis” o “complejo de Edipo”.
De acuerdo con la mitología griega, Edipo fue un príncipe que dio muerte a su padre y ocupó su lugar, manteniendo como esposa a su propia madre. Esta leyenda fue el fundamento en el que basó Freud su teoría del complejo de Edipo, en la que plantea una metáfora paterna, que afirma que todos los niños (hasta la edad de 6 años) manifiestan un profundo apego hacia su madre y sienten una rivalidad hacia su padre.
Por lo general, el complejo de Edipo termina desapareciendo con el paso de los años, pero ¿qué pasa cuando no hay una resolución del Edipo? Si el menor no supera esa etapa y se convierte en adulto, es probable que tenga problemas para llevar una vida plena y satisfactoria.
Los hombres que no logran superar esta etapa del desarrollo, pueden llegar a tener 30 años o más, encontrándose estancados en esa etapa de su vida. Es en este momento en que el complejo de Edipo se vuelve patológico y debe tratarse, debido a las consecuencias psicológicas.
Crisis con su cónyuge debido a este problema.
La llamada mamitis o excesiva dependencia de los hombres hacia su madre, es un problema que afecta a muchos matrimonios, incluso, puede ser una razón para llegar al divorcio, en el peor de los casos.
La psicóloga Karen Contreras comenta que también llega un punto en el que “La dependencia llega a ser agotadora tanto del hijo a la madre o de la madre al hijo”, sin embargo, no es fácil salir de esta situación.
“El exceso de sobreprotección evita un desarrollo autónomo y la independencia emocional del hijo, volviéndose este en alguien temeroso al momento de tomar sus propias decisiones y enfrentarse al mundo o a una relación de pareja”, agrega.
Esto trae serias consecuencias en el matrimonio, puesto que el varón no da el lugar que merece la esposa.
“Como existe una dependencia exagerada del hijo hacia la madre, el cónyuge prioriza las necesidades de la madre antes de las de su esposa, un ejemplo claro es cuando el hombre tiende a defender a su progenitora en cualquier situación, aunque sea ella la causante del problema”.
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La experta comenta que este es un problema que se puede solucionar, siempre y cuando ambos cónyuges estén dispuestos a trabajar en ello.
“Pueden fomentar la autonomía con pequeñas responsabilidades en la relación, la esposa mostrar un apoyo constante en sus decisiones para que desarrolle su autonomía y enfrentar el problema sin engaños ni mentiras”.
Por último, Karen Contreras dice que es normal pasar por esa etapa, pero lo importante es lograr superarla.
“En conclusión, la “mamitis” es algo normal que pasamos todos en alguna etapa de nuestras vidas. Como padres debemos crear un vínculo de seguridad y protección, pero también fomentar en el hijo la autonomía en sus decisiones, darle paso a su desarrollo personal y que este pueda prepararse para su nueva vida solo o con su su familia”.
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