REDACCIÓN. Si eres de los que le gusta ‘echar un vistazo’ en el móvil de su pareja para espiarla, debes tener mucho cuidado. Fisgar en un teléfono ajeno es considerado un delito.
La tecnología ha creado la oportunidad para que desde cualquier espacio electrónico haya un ambiente de control omnipresente. Ver los movimientos bancarios, leer conversaciones o saber dónde ha estado a cada momento puede convertirte en un abuso.
Si alguien te deja sus contraseñas, seguramente sea porque se haya creado una dinámica de miedo y ansiedad a que se busque continuamente material para crear acusaciones.
En la era digital, es crucial establecer límites y comunicación abierta sobre el uso de dispositivos y redes sociales para evitar la invasión de la privacidad y mantener la confianza mutua.
Si sientes que es imposible tener seguridad en tu relación, es mejor finalizarla para cuidar tu salud mental.
Actitud controladora
Algunas personas se creen con el derecho a controlar a sus parejas. Piensan que tener el consentimiento del otro es suficiente para mirar sus emails, Whatsapp o demás perfiles sociales. Estas conductas posesivas generan caos e inestabilidad en la relación.
Stalkear se vuelve un vicio
¿Qué es este término?, “stalkear”, acosar o espiar (de toda la vida) a alguien en sus redes sociales puede cruzar ese límite en el que nos convertimos en algo tóxico que puede destruir el amor y la confianza.
Impacto emocional
Dentro de las relaciones abusivas, el cotilleo cibernético puede ser peligroso. A menudo provoca emociones negativas que conducen a discusiones, inseguridad, baja autoestima y, en casos extremos, hasta agresividad y lesiones que pueden ser mortales.
Fortalecer la confianza
Lo más importante en una relación es la confianza y si alguna vez tienes la inquietud de mirar cosas a escondidas, es que algo no funciona. Habla con tu pareja sobre lo que te incomoda.