“Tener mascotas es como tener un hijo”, dicen muchas personas en la actualidad, ya que deben asegurarles una calidad de vida cómoda y segura, tal como si fueran niños.
Sin embargo, esto tiene un significado más profundo, se trata de un apego emocional que solemos desarrollar con ese ser que no puede hablarnos, pero le entendemos todos sus gestos, necesidades y manías, independientemente de su especie o edad.
Los animales son tan asombrosos que, pueden captar comportamientos humanos y repetirlos, por eso y por muchas cosas más, es que la ciencia afirma que sí es posible que exista un parecido más allá de lo físico entre los humanos y sus mascotas.
Apego
. En una interesante entrevista con la psicóloga Eiline Vásquez, ella explicó que, normalmente, las personas buscamos animales que se acoplen a nosotros, tanto en espacio, capacidad económica, rutinas diarias, afecto y actividades físicas.
“El apego que generamos con las mascotas es ese vínculo emocional que se basa en la necesidad de seguridad y confianza, ellos nos acompañan y es cierto que elegimos a las mascotas según la personalidad o el tipo de relación que buscamos. Por ejemplo, las personas más activas buscan perros grandes para salir a correr, llevarlos al parque, etc. Y el convivir tanto tiempo con el animal hace que los comportamientos sean parecidos”, manifestó.
Personalidad
Si una persona es tranquila y hogareña, es probable que su mascota también lo sea. Esto se debe a la convivencia constante y a que los animales son muy perceptivos al lenguaje corporal y al tono de voz. Las mascotas, sobre todo los perros, imitan el estado emocional y las rutinas de sus dueños.
Según estudios, aproximadamente un tercio de la personalidad de un perro es genética, mientras que los otros dos tercios se moldean por el entorno, que incluye principalmente la influencia de su dueño cuando se cría desde cachorro.
Estos comportamientos han sido observados en estudios de conducta animal en la revista Science, donde se concluye que la domesticación y la evolución han hecho que los canes desarrollen una sensibilidad particular para captar y reaccionar a señales humanas.
Además, los humanos tendemos a preferir rostros similares al nuestro, lo cual también influye en la elección de las mascotas. Este efecto, similar al que genera familiaridad en la preferencia por otros humanos, podría explicar por qué muchos dueños tienden a seleccionar perros que, consciente o inconscientemente, se parecen a ellos.
Niños y mascotas
La experta explica que la crianza de niños y mascotas, conocida también como crianza multiespecie, puede ser una experiencia enriquecedora para los niños, fomentando la responsabilidad, la empatía y el respeto por los animales. Sin embargo, requiere planificación y preparación para asegurar una convivencia armoniosa.
Se dice que los niños son el reflejo de los padres, lo mismo ocurre con las mascotas, por lo tanto, los adultos son los responsables de inculcar las buenas costumbres y hábitos saludables. La educación comienza en el hogar y, en la actualidad, los animales también son parte esencial de la familia que deben recibir educación.
Entrenamiento
Para educar a una mascota, es fundamental usar refuerzo positivo, paciencia y consistencia. Se deben establecer reglas claras, recompensar los comportamientos deseados y corregir los no deseados con firmeza pero sin violencia.
La socialización temprana, el ejercicio regular y el enriquecimiento ambiental también son clave para una buena educación.
Entre los principios básicos para entrenar a tu mascota destacan los siguientes.
- Refuerzo positivo: Recompensar los comportamientos deseados con premios, caricias o elogios ayuda a que la mascota los repita.
- Consistencia: Usar las mismas órdenes y métodos de entrenamiento para evitar confusiones.
- Paciencia: La educación lleva tiempo y cada mascota aprende a su propio ritmo.
- Socialización: Exponer a la mascota a diferentes personas, lugares y situaciones desde temprana edad ayuda a prevenir miedos y problemas de comportamiento.
- Rutina: Establecer horarios regulares para paseos, comidas y juegos ayuda a la mascota a sentirse segura y predecible.
- Intervención inmediata: Corregir la conducta inapropiada en el momento en que ocurre para que la mascota asocie la acción con la corrección
- Uso de “No”: Usar un tono firme pero no agresivo para indicar que la conducta no es aceptable.
- Evitar castigos físicos: Los castigos pueden generar miedo y ansiedad, afectando negativamente la relación con la mascota.
Vea la entrevista completa a continuación: