San Andrés, Colombia.
La travesía comienza al apretar la nariz con los dedos y tomar un poco de aire para zambullirse en las cristalinas aguas de Isla San Andrés. Adentro o afuera del mar, en la ciudad, en la piscina, en un restaurante o en un club nocturno, la sensación de euforia y desenfreno que propicia esta paradisiaca y pintoresca joya caribeña invade al cuerpo paulatinamente.
Travel & Leisure la clasificó en el Top 10 de playas de América y la DIWA (Asociación Internacional de Instructores de Buceo, por sus siglas en inglés) la nombró una de las mejores 25 del mundo para esta práctica.
Es en la tercera barrera coralina más grande del orbe, que hace décadas fue hogar de pirata, donde vale la pena aislarse por unos días para disfrutar la isla como Dios manda. Por eso, muchos de los turistas que la visitan son buzos profesionales.
Pero a San Andrés Isla, como le llaman los pobladores al archipiélago unitario para diferenciarlo de todo el departamento geográfico (Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina), también hay que conocerla por tierra, bordeando sus orillas: en moto playera, en una hora; si es a pie, la caminata no requiere más de cinco.
Consta de 26 kilómetros cuadrados y tiene poco más de 50 mil habitantes. Casi todos se conocen, o al menos, se identifican, ya sea por apellido, complexión, raza, o círculo social.
En las playas, el sol y el agua cristalina forman el binomio ideal para disfrutar de la isla: olas medianas, temperatura amigable, arena suave. Después de nadar entre coloridos peces del Parque Regional Johnny Cay hay que vivir el ambiente del North End, como se le llama al centro urbano.
Ahí, los motociclistas tocan el claxon para abrirse camino entre los autobuses del transporte público. Calles anchas y edificios bajos, casi todos pintados de blanco, forman parte de la imagen que los turistas encuadran en sus cámaras. Para terminar, habrá que hipnotizarse con el atardecer y poner el despertador muy temprano para alcanzar el alba.
Muy peleada
San Andrés está más cerca de Nicaragua que de la costa colombiana. Desde el siglo 16, ésta y otras islas fueron disputadas por piratas; las ocuparon ingleses, holandeses y españoles.
Tras los movimientos independentistas, San Andrés fue reclamada por Colombia, luego hubo más disputas: EU alegaba que era parte de Panamá y Nicaragua la reclamaba.
El pleito lo resolvió la Corte Internacional de Justicia en 2007, determinando que Colombia poseía la soberanía de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
La travesía comienza al apretar la nariz con los dedos y tomar un poco de aire para zambullirse en las cristalinas aguas de Isla San Andrés. Adentro o afuera del mar, en la ciudad, en la piscina, en un restaurante o en un club nocturno, la sensación de euforia y desenfreno que propicia esta paradisiaca y pintoresca joya caribeña invade al cuerpo paulatinamente.
Travel & Leisure la clasificó en el Top 10 de playas de América y la DIWA (Asociación Internacional de Instructores de Buceo, por sus siglas en inglés) la nombró una de las mejores 25 del mundo para esta práctica.
Es en la tercera barrera coralina más grande del orbe, que hace décadas fue hogar de pirata, donde vale la pena aislarse por unos días para disfrutar la isla como Dios manda. Por eso, muchos de los turistas que la visitan son buzos profesionales.
Pero a San Andrés Isla, como le llaman los pobladores al archipiélago unitario para diferenciarlo de todo el departamento geográfico (Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina), también hay que conocerla por tierra, bordeando sus orillas: en moto playera, en una hora; si es a pie, la caminata no requiere más de cinco.
Consta de 26 kilómetros cuadrados y tiene poco más de 50 mil habitantes. Casi todos se conocen, o al menos, se identifican, ya sea por apellido, complexión, raza, o círculo social.
En las playas, el sol y el agua cristalina forman el binomio ideal para disfrutar de la isla: olas medianas, temperatura amigable, arena suave. Después de nadar entre coloridos peces del Parque Regional Johnny Cay hay que vivir el ambiente del North End, como se le llama al centro urbano.
Ahí, los motociclistas tocan el claxon para abrirse camino entre los autobuses del transporte público. Calles anchas y edificios bajos, casi todos pintados de blanco, forman parte de la imagen que los turistas encuadran en sus cámaras. Para terminar, habrá que hipnotizarse con el atardecer y poner el despertador muy temprano para alcanzar el alba.
Muy peleada
San Andrés está más cerca de Nicaragua que de la costa colombiana. Desde el siglo 16, ésta y otras islas fueron disputadas por piratas; las ocuparon ingleses, holandeses y españoles.
Tras los movimientos independentistas, San Andrés fue reclamada por Colombia, luego hubo más disputas: EU alegaba que era parte de Panamá y Nicaragua la reclamaba.
El pleito lo resolvió la Corte Internacional de Justicia en 2007, determinando que Colombia poseía la soberanía de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.