Los turistas que visitan Cuba estos días afirman que pueden palpar en el ambiente la tristeza de sus habitantes por la muerte de Fidel Castro y se declaran privilegiados de poder ser testigos de este momento histórico.
La muerte del líder de la Revolución cubana coincidió con el inicio de la temporada alta en la isla y los turistas, atraídos por las cálidas temperaturas del invierno cubano, callejean con sus mapas, cámaras y teléfonos por la Habana Vieja o frente al malecón.
Ambiente de luto
Los cubanos “están tristes, se sienten tristes, y uno lo puede percibir”, comenta Wesley, un canadiense que ha visitado varias veces la isla y que en esta última ocasión aterrizó en La Habana el sábado 26 de noviembre, un día después de la muerte de Castro, fallecido a los 90 años.
“A la gente la encontré muy triste por la muerte del comandante (Castro), están muy dolidos por su desaparición”, coincide Hugo Villa, argentino de la provincia de Córdoba, mientras contempla la plaza de la Catedral habanera.
Turistas “afortunados”
Y como el resto de los turistas entrevistados, este canadiense se declara “afortunado” de haber podido ver la salida de La Habana de la caravana fúnebre con las cenizas de Castro, que recorrieron la isla y descansan en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.
Esa caravana partió de Santa Clara (centro del país), donde la comitiva pasó la noche en el monumento en honor a Ernesto “Che” Guevara, con dirección a la provincia de Camagüey.
“Fue algo muy interesante de ver, no tenemos ese tipo de cosas en Canadá, me gustó, fue muy bonito”, explica Wesley.
La argentina Farias también pudo contemplar el paso del cortejo fúnebre por las calles de La Habana.
“Es un momento muy importante para la historia del país. Me pareció sumamente emocionante encontrarme en este lugar, a esta hora, con una carga de amor, de emoción, una vivencia especial por la muerte de Fidel Castro”, señala.