Tío Dolmo tiene el mérito de ser la única cadena de restaurantes de comida típica y productos hondureños que es conocida dentro y fuera del país por la calidad de sus sabores tradicionales, siempre con un toque de calidad y excelencia, haciendo honor a su eslogan “Honduras en tu boca”.
En sus restaurantes los visitantes nacionales y extranjeros pueden disfrutar de comida buffet, pero también es el lugar perfecto para satisfacer sus antojos de productos derivados del maíz como rosquillas, tustacas, quesadillas, pan de alote y atol. O si lo prefieren, platillos típicos como nacatamales, tamalitos pisques, montucas, tamalitos y fritas de elote.
Desde su origen, la visión del negocio ha sido ofrecer un producto fresco, por lo que cuentan con todo el personal capacitado y la logística necesaria para producir y surtir dos veces al día todos los restaurantes desde muy temprano. Tío Dolmo es un importante generador de empleos de la zona, dando oportunidades a jóvenes de los lugares donde están ubicados.
Tío Dolmo también impacta en la economía de la zona al contratar a productores, quienes le proveen de elote, quesos, mantequilla y otros ingredientes necesarios para elaborar sus productos típicos. Actualmente la empresa está certificada en buenas prácticas de manufactura (BPM), un requisito solicitado por la FDA para poder exportar sus productos a Estados Unidos.
Ocupar el lugar que hoy ostenta Tío Dolmo no es producto de la improvisación. Estar en el corazón y el gusto de los hondureños en todo el mundo es el resultado del trabajo y dedicación de la familia Flores Cáceres.
Su propietario Felipe Edgardo Flores está presente en todo el proceso de elaboración. “Los horneros tiene que pulirse porque yo conozco el producto, yo sé si le falta queso, si tiene mucha margarina, si se la quitaron (...) Yo tengo que tener un proveedor de queso que me haga el queso que yo necesito”, detalla.
Nace una tradición. El camino recorrido por sus fundadores, no ha sido fácil, pues desde 1998 han tenido que enfrentar una infinidad de retos como emprendedores. Lo que a cualquier persona la detendría, a Flores y su esposa los impulsaba a salir adelante con disciplina, perseverancia y mucho trabajo.
El empresario, quien es originario del municipio Talanga, departamento de Francisco Morazán, es un habilidoso negociante desde los 12 años. Su carrera de vendedor la inició vendiendo productos en los buses, primero en la carretera que conduce de Tegucigalpa a San Pedro Sula, durante 10 años, y luego en la ruta San Pedro Sula – La Ceiba.
La alta demanda de estos productos lo llevó a instalarse en El Progreso, ubicándose estratégicamente a orilla de carretera en una champa de manaca. Cuando el producto se agotaba regresaban a Tegucigalpa para volverse a surtir.
Con el fin de brindar más opciones de productos a los clientes, junto a su esposa deciden elaborar tamalitos y atol de elote. En poco tiempo la champa, se convirtió en la parada obligada para muchos de sus clientes y para él ya no era necesario viajar más en los buses.
El negocio empezó a crecer y poco a poco fueron invirtiendo en la compra de solares, donde construyeron el restaurante número uno, ubicado en la carretera hacia Tela, kilómetro 15. Realizaron contratos con las empresas de transporte para que llevaran a los pasajeros a este punto.
En el 2009 vieron la necesidad de abrir el restaurante número dos, que hoy se han convertido en un centro turístico, siempre en la carretera hacia Tela, kilómetro 17, para dar más comodidad a los clientes. En este local también cuentan con una cancha de fútbol con las medidas recomendadas por la FIFA (105x68), por lo que es solicitada por los equipos de la Liga Nacional para realizar sus pretemporadas.
Hoy en día, Tío Dolmo cuenta con 11 sucursales, ubicadas en las ciudades de San Pedro Sula, La Lima, El Progreso, El Negrito, La Ceiba y Choloma. En el restaurante número uno han instalado hornos donde elaboran todos los productos que distribuyen diariamente a todas las sucursales para que los clientes tengan siempre un producto recién hecho.
Exportando el sabor tradicional. Tío Dolmo es un producto nostálgico, es el encarguito que llevamos a nuestros seres queridos cuando viajamos fuera del país. Consciente de ello, en el 2018 abrieron un kiosko en el Aeropuerto Ramón Villeda Morales en San Pedro Sula para que las personas puedan comprar este producto antes de emprender el viaje.
Hoy en día, Tío Dolmo ya está presente en tiendas y supermercados latinos en Estados Unidos ubicados en la Costa Este, desde Nueva York hasta el estado de la Florida. Muy pronto planean llegar a Texas.
Este producto hondureño es exportado también a España, El Salvador, Venezuela, Perú y todo país donde hay compatriotas que desean probar un producto hondureño de calidad que les recuerda los sabores de nuestra tierra.
Los hondureños que viven fuera del país pueden comprar los productos de Tïo Dolmo en el sitio web www.tiodolmo.com y este será entregado en la puerta de su casa gracias a su alianza con empresas de encomiendas como Fedex, DHL y UPS.
Al ser consultado sobre la clave de su éxito, Flores afirma que en primer lugar está Dios y luego el estar siempre pendientes del negocio, cuidando la calidad de los productos.
Su hijo Stevan Flores, quien se desempeña como general general, destaca el liderazgo de sus padres. “Ellos han hecho un excelente equipo, han sido buenas personas, donde han formado gente que se ponen la camisa de la empresa para dar lo mejor de sí”.
Actualmente, el restaurante está remodelando las instalaciones para brindar más comodidad a los clientes con áreas climatizadas y mejores parqueos, lo que va conectado a la calidad del producto que ofrecen a los clientes. “La idea de nosotros es seguir creciendo”, señala el gerente general, consciente de su responsabilidad de seguir el legado de sus padres, asumiendo el reto de llevar el sabor de Honduras a nuevas fronteras.
De interés. El nombre de Tío Dolmo hace referencia a las dos pasiones de su fundador Felipe Edgardo Flores, las comidas típicas y el fútbol. Flores era un gran admirador del exfutbolista Dolmo Flores, a quien él imitaba. Algunas personas lo llamaban así, mientras que sus sobrinos que trabajaban con él solo le decían tío. Muy pronto todos empezaron a llamarlo Tío Dolmo, dando origen al nombre por el que sería conocido el restaurante de comida típica más famoso en el país y fuera de nuestras fronteras.
