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Huawei: tres caminos para el gigante chino

  • 27 mayo 2019 /

El futuro parece incierto para el segundo fabricante mundial de teléfonos móviles. ¿Hacia dónde puede ir tras el rompimiento con Google?

    Redacción.

    El anuncio la semana anterior de que Google rompería su relación con Huawei parecía poner contra las cuerdas al gigante tecnológico chino, tanto más por cuanto otras empresas han seguido el ejemplo de la estadounidense y han comenzado a darle la espalda a la empresa con sede en Shenzen.

    El rompimiento con Google significa perder el acceso a Android, y esa situación, bastante mala de por sí, se ve agravada por una especie de “efecto dominó”, que ha llevado a otras empresas, entre ellas la importantísima ARM, a cortar sus lazos con Huawei.

    Desde este punto de vista, el futuro de la firma no podría presentarse más incierto, pero así las cosas, ¿qué camino le queda por tomar? Analicemos tres de ellos.

    19%
    cuota de mercado. De acuerdo con las cifras de unidades vendidas, Huawei alcanzó este porcentaje de cuota de mercado en los primeros meses de 2019.
    Procesadores. Si el golpe dado por Google es contundente, el de ARM podría ser mortal. Esta firma británico-japonesa, en sintonía con el Gobierno estadounidense, también anunció que corta lazos con Huawei.

    Esto es especialmente delicado por cuanto ARM ofrece la mejor arquitectura de procesadores, algo que todos los fabricantes utilizan y para lo que no hay remplazo viable.

    Modelos de alta gama como el P30 ofrecen características singulares como el telefoto más potente del mercado. Estados Unidos acusa a estos aparatos de ser una potencial fuente de espionaje al servicio del Gobierno chino.
    Huawei fabrica sus propios procesadores (los Kirin), pero estos usan la arquitectura de ARM, y si bien ya tiene listo el procesador que usarán sus modelos de 2020, necesita desarrollar una alternativa para los modelos posteriores y tiene que hacerlo rápido.

    Una opción es la arquitectura ARMv8 sobre la cual tiene permisos, pero estos pudieran ser revocados.

    Otra opción es desarrollar su propia arquitectura basada en software libre de derechos; pero eso requiere un tortuoso camino de pruebas antes de hallar la fórmula correcta, por lo que no es una solución a corto plazo.

    Factores de crisis
    1. Operadores nerviosos y planes en espera. Al veto estadounidense se suman los de operadores europeos y asiáticos que han cancelado o retrasado planes de lanzar nuevos modelos Huawei mientras dure la crisis.
    2. Despegue de redes 5G perdería impulso. Huawei se erigía como uno de los principales promotores de las redes 5G, como proveedor de infraestructura. Si el mercado le da la espalda, el proceso sería más lento.
    3. Los únicos Huawei que se salvarían del veto. Honor, una marca subsidiaria de Huawei está, de momento, exenta de las sanciones estadounidenses, parte por su llegada este mayo, antes que se aplique el veto.
    La tercera opción es adquirir los chips de un tercero, pero alternativas de primera como Snapdragon pertenecen a la estadounidense Qualcomm que también ha vetado a Huawei, por lo que tendría que recurrir a proveedores secundarios como la taiwanesa MediaTek o quizá los Exynos de Samsung.

    Sistema operativo. Huawei puede recurrir a lanzar su propio sistema operativo, una posibilidad en la que lleva trabajando desde hace tiempo y cuyo resultad es Hongmeng, que, en teoría, es un equivalente compatible con Android, sus aplicaciones y sus servicios.

    El reto es lograr convencer a los consumidores y desarrolladores de que adopten un sistema operativo cuyo éxito no ha sido probado.

    Huawei puede jugar la carta de convencer a sus rivales chinos de adoptarlo, pues estos se hallan igual de expuestos a perder el acceso a Android en el ambiente actual. Esta jugada crearía una base bastante amplia de usuarios que podría expandirse a otras partes del mundo.

    Negociar. El tercer camino es negociar. Ya sea porque la empresa esté dispuesta a cumplir las condiciones que le impongan o busque ayuda en el Gobierno chino para presionar a los estadounidenses a forzar un compromiso.

    Esta crisis puede debilitar a Huawei o darle la oportunidad de fortalecerse. Todo depende del camino que tome.