Tegucigalpa, Honduras.
37 cuerpos fueron sepultados ayer en el cementerio humanitario del Ministerio Público (MP), en el kilómetro 14 de la carretera que conduce al departamento de Olancho.
Esta representa la primera inhumación que realiza Medicina Forense en lo que va de 2020 y que estaba programada a realizarse desde diciembre del año pasado.
Los cadáveres estuvieron alrededor de cinco meses en los cuartos fríos del Departamento de Patología Forense, en la morgue del MP, por lo que al no ser reclamados por sus familiares fueron depositados en cajones destinados para este tipo de casos.
Del total de sepultados, 27 cuerpos eran adultos; dos de ellos pertenecían al sexo femenino, y los otros fallecidos eran 10 fetos que fueron inhumados respectivamente.
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Los restos mortales de los connacionales permanecieron como desconocidos durante varios meses y algunos de ellos no pudieron ser identificados por los métodos científicos de dactiloscopia (huellas dactilares), odontograma (prueba de reconocimiento por lunares o características dentales ) y finalmente ADN.
Entre las víctimas sepultadas, muchas de las causas de su deceso, según la portavoz del MP, Isa Alvarado, fueron debido a delitos de homicidio, víctimas de accidentes de tránsito y en otros casos por accidentes domésticos y laborales. Alvarado también expresó que la mayoría de los fallecidos eran procedentes del centro, sur y oriente del territorio hondureño.
Durante el sepelio que se llevó a cabo a las 10:30 am el padre Carlos Rubio dirigió unas breves palabras para aquellas víctimas de la delincuencia y el olvido de sus familiares. “Es un acto muy humano, hay que darles cristiana sepultura a estos cuerpos que no han sido reclamados por ningún familiar y que requieren descansar”, sostuvo el padre.
También las autoridades le hicieron un llamado a la población para que lleguen a las morgue para que hagan el debido proceso de retiro de los cuerpos.