Los disparos y explosiones hasta de granadas ya se están volviendo algo común en la cárcel conocida como El Pozo, ubicada en Ilama, Santa Bárbara.
A pesar de los cambios anunciados por el Gobierno, los privados de libertad siguen teniendo el control de ese centro penal, que se considera de “máxima seguridad”.
Solo esta semana han ocurrido dos enfrentamientos entre pandilleros de la MS y la 18: el miércoles se reportaron siete heridos y, a pesar de eso, no han realizado inspecciones para un desarme en los módulos y celdas.
30 minutos de balacera
Ayer en horas de la tarde, miembros de la Pandilla 18 otra vez se enfrentaron a disparos con los de la Mara Salvatrucha (MS-13), lo que dejó a 11 reclusos heridos.
Los heridos fueron identificados como David Ariel Bustillo, Cristian Rodolfo Mejía, Raúl Enrique Enamorado, Saviel Alejandro Mejía, Roberto Carlos Lagos, Mabiel Antonio Flores Núñez, José Luis Velásquez Gutiérrez, Cristian Rolando California, Jairo José Flores, Axel Andrés Oyuela y Olvin Javier Calderón Rivera.
Ambulancias y patrullas salieron de El Pozo con varios privados de libertad hacia el hospital de Santa Bárbara tras la balacera, que duró 30 minutos.
En videos que circularon en las redes sociales se observó que varios no estaban ni heridos y salieron sin ninguna medida de seguridad, como ser los aros de presión. Fueron los mismos reos quienes cargaron a los otros privados de libertad que sí estaban heridos. Otros se paseaban por el hospital sin ninguna seguridad, trascendió que un recluso intentó escapar.
El martes pasado, las autoridades de Gobierno anunciaron un conjunto de medidas para poner orden en las cárceles, entre ellas, el bloqueo de llamadas de teléfonos, un desarme real de los presos y la clasificación por peligrosidad; sin embargo, eso sigue solo en agenda, pues los reclusos continúan teniendo en su poder armas de fuego. En El Pozo hay sobrepoblación de reclusos, actualmente hay más de 1,600 y su capacidad es para 1,200 reos.