Tegucigalpa, Honduras.
Varios equipos de la sección de Homicidios de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) trabajan en las pesquisas del asesinato de dos primos, en la colonia Villa Campesina.
Las víctimas fueron identificadas por familiares como Óscar Antonio Amador García y Eduardo Maradiaga García, ambos residían en la aldea El Pino, en la misma carretera adonde fueron acribillados, por lo que según los investigadores, los hechores ya les estaban dando seguimiento y esperaron que los dos estuvieran juntos para matarlos.
El doble crimen ocurrió en la carretera vieja a Olancho, cuando los dos parientes se encontraban frente a una glorieta en una calle del sector y fueron interceptados por hombres armados con fusiles AK-47 y pistolas 9 milímetros, quienes los obligaron a ponerse de rodillas para después dispararles hasta asesinarlos.
Los cuerpos inertes quedaron tendidos boca abajo en el centro de la calle, y los criminales huyeron con rumbo desconocido.
Los policías que llegaron primero a la escena del crimen no lograron establecer si los criminales se conducían en carro, en motocicletas o si andaban a pie, ya que los atemorizados vecinos prefirieron guardar silencio por temer a represalias.
Una fuente de inteligencia confió que se investiga si el doble crimen está relacionado con drogas o si hay otros motivos, ya que no tuvieron información sobre a qué se dedicaban ambas víctimas.
Jefes policiales manifestaron que han tenido información que en la zona hay disputas entre bandas por las peleas de territorio para la distribución de droga.
Los familiares y conocidos de las víctimas no quisieron dar información sobre los fallecidos, pero hicieron un llamado a las autoridades de Seguridad para que investiguen las muertes y que capturen a los hechores.
Los dos cadáveres fueron reclamados por sus parientes en Medicina Forense.
Varios equipos de la sección de Homicidios de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) trabajan en las pesquisas del asesinato de dos primos, en la colonia Villa Campesina.
Las víctimas fueron identificadas por familiares como Óscar Antonio Amador García y Eduardo Maradiaga García, ambos residían en la aldea El Pino, en la misma carretera adonde fueron acribillados, por lo que según los investigadores, los hechores ya les estaban dando seguimiento y esperaron que los dos estuvieran juntos para matarlos.
El doble crimen ocurrió en la carretera vieja a Olancho, cuando los dos parientes se encontraban frente a una glorieta en una calle del sector y fueron interceptados por hombres armados con fusiles AK-47 y pistolas 9 milímetros, quienes los obligaron a ponerse de rodillas para después dispararles hasta asesinarlos.
Los cuerpos inertes quedaron tendidos boca abajo en el centro de la calle, y los criminales huyeron con rumbo desconocido.
Los policías que llegaron primero a la escena del crimen no lograron establecer si los criminales se conducían en carro, en motocicletas o si andaban a pie, ya que los atemorizados vecinos prefirieron guardar silencio por temer a represalias.
Una fuente de inteligencia confió que se investiga si el doble crimen está relacionado con drogas o si hay otros motivos, ya que no tuvieron información sobre a qué se dedicaban ambas víctimas.
Jefes policiales manifestaron que han tenido información que en la zona hay disputas entre bandas por las peleas de territorio para la distribución de droga.
Los familiares y conocidos de las víctimas no quisieron dar información sobre los fallecidos, pero hicieron un llamado a las autoridades de Seguridad para que investiguen las muertes y que capturen a los hechores.
Los dos cadáveres fueron reclamados por sus parientes en Medicina Forense.