Luego de ocho angustiosos días por su inesperada y confusa muerte, los familiares, amigos y algunos de sus conocidos se unieron ayer en la aldea Zambrano, Distrito Central, para dar el último adiós a la joven Ana Lizeth Hernández.
Previo al sepelio, el cual fue programado para ayer a las 3:00 pm en el cementerio Aurora de la aldea, se requería una autopsia que determinara si su causa de muerte fue un suicidio u homicidio.
La autopsia fue hecha el sábado por el personal de Medicina Forense en la facultad de Ciencias Médicas de la Unah por el paro de labores en el Ministerio Público desde hace semanas.
Al analizarse la autopsia se espera que en los próximos días se entregue un informe que indique las causas oficiales que ocasionaron la muerte de la joven de 32 años. Hecho que se registró el 19 de marzo dentro de su vivienda en Villa Foresta, al sur de la capital.
Despedida
Tras culminar con el protocolo forense, la mañana y tarde de ayer fue dedicada para dar tributo a la joven Ana Hernández, trasladando primero su cadáver al Centro Social de Zambrano, en donde tuvo lugar su velatorio.
“No quería vestirme de luto, sino de colores vibrantes, de los colores que usaba mi hija, así la quería despedir. Yo no tengo rencor, yo no sé lo que pasó”, dijo entre lágrimas su padre, don Ángel Hernández.
Dentro de su angustia y tristeza pidió a las autoridades policiales llegar al fondo de lo ocurrido.
" Yo conocía a Ana desde muy pequeña, por eso queremos que caiga el peso de la justicia. "
A eso de las 3:00 pm, luego de finalizar con el multitudinario velatorio, inició una caravana en la cual llevaban entre hombros el ataúd donde se encontraba el cuerpo de la ahora occisa.
Durante el largo recorrido con dirección al camposanto, sus familiares y amigos se quebraban en llanto mientras miraban al cielo y alzaban un retrato con la foto de Lizeth.
Unos 58 minutos después de haber iniciado la marcha se llegó hasta el cementerio Aurora, lugar que presenció las últimas palabras de los familiares y amigos.
“¡Hija bella, te amo! Tu pensamiento no se cumplió, pero yo lo tendré siempre. Querías que llegara a viejito, y si Dios me lo permite lo haré junto con mis otras hijas”, exclamó con un profundo dolor don Ángel.
Mientras tanto, su hija Angie Hernández y su esposa Suyapa Cantillano envolvían fuertemente con sus brazos el retrato que exponía la foto de la joven. A su vez, agradecían a Dios por los más de 30 años que la tuvieron en vida.
Indagación
El mayor de las Fuerzas Armadas y ahora su expareja, Allan Antonio Franco Méndez, es sospechoso de la misteriosa muerte de Ana Hernández Cantillano.
Pese a que no se ha constatado su culpabilidad, Méndez está detenido en la Dirección Policial de Investigaciones (DPI). El motivo se debe a que, dentro de su vivienda, misma que compartía con Lizeth, se hallaron municiones y armas de uso prohibido, lo que podría estar en su contra.
