El Corpus, Choluteca, Honduras.
La mañana de ayer al despedirse de su familia, Juan Bautista Gómez Muñoz (38) nunca imaginó que ese “nos vemos” serían las últimas palabras que les pronunciaría a su familia.
El señor partió desde el caserío el Bijagual hasta el cerro Cuculmeca, recorriendo al menos cinco kilómetros de distancia, para poder ingresar a la zona donde se encuentra la mayor cantidad de broza suelta, la cual es trasladada en sacos para ser procesadas en las rastras.
A eso de las 10:00 am comenzó a trabajar y de un momento a otro se escuchó un fuerte estruendo que provocó el desprendimiento de rocas y soterró a Gómez.
Un grupo de personas que trabaja en la zona comenzó a tratar de quitar los escombros, pero todo trabajo fue inútil, ya que él había perecido.
La mañana de ayer al despedirse de su familia, Juan Bautista Gómez Muñoz (38) nunca imaginó que ese “nos vemos” serían las últimas palabras que les pronunciaría a su familia.
El señor partió desde el caserío el Bijagual hasta el cerro Cuculmeca, recorriendo al menos cinco kilómetros de distancia, para poder ingresar a la zona donde se encuentra la mayor cantidad de broza suelta, la cual es trasladada en sacos para ser procesadas en las rastras.
A eso de las 10:00 am comenzó a trabajar y de un momento a otro se escuchó un fuerte estruendo que provocó el desprendimiento de rocas y soterró a Gómez.
Un grupo de personas que trabaja en la zona comenzó a tratar de quitar los escombros, pero todo trabajo fue inútil, ya que él había perecido.