“Lo hemos llorado todos los días, al despertar y al comer, fue una tortura, pero al fin llegó el cuerpo de mi hijo”, relató Miguel Acuña, padre de Jasson Ricardo Acuña Polanco (de 17 años), asesinado el mes de diciembre en Tijuana, México.
Iris Polanco, madre del joven, manifestó que “mi hijo intentó ayudarnos porque el papá ya está de edad y ya no quería que trabajara. El día que se fue solo me abrazó y me dijo: ‘mami, me voy en la caravana’, y ahora está muerto”.
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La angustia de la familia fue larga porque el joven al ver el movimiento de la primera caravana de hondureños que salieron de San Pedro Sula, sin pensarlo dos veces decidió unirse en busca del sueño americano con el único anhelo de ayudar a sus padres a salir adelante, sin imaginarse que el 15 de diciembre en Tijuana sería víctima de la delincuencia. La Policía de México encontró los cadáveres de dos jóvenes con lesiones punzocortantes y estrangulados.
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Tres hondureños fueron engañados y llevados a un hotel cercano, adonde los torturaron hasta asesinar a Jasson Acuña y a su compatriota Jorge Alexader Ruiz, originario de San Pedro Sula. Del ataque logró sobrevivir el tercer joven, quien al ser rescatado quedó bajo la protección de las autoridades policiales de México.
El cadáver del joven Jasson Acuña Polanco fue velado en su casa en el sector de Cofradía.
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Una hermana de Jasson y su sobrina también se unieron en la caravana, pero fueron deportadas a Honduras, y el mismo día que llegaron al país recibieron la mala noticia de la muerte de su pariente. Sin embargo, la espera terminó ayer, familiares y amigos se reunieron en la colonia Suban del sector de Cofradía, adonde en una mesa de plástico fue puesto el cadáver del joven; su madre, hermanas y amigos lloraban su muerte y lamentaron que un sueño terminara en tragedia.
Jasson Acuña era estudiante del instituto Gubernamental José Castro López, adonde este año cursaría el último año del bachillerato en Control de Calidad.
Emilson Reyes, compañero de Jasson, lamentó la muerte de su amigo, “en el aula solo éramos diez varones, por lo que siempre permanecíamos unidos, compartimos muchos momentos juntos y estando en México siempre se comunicaba con nosotros, cuando nos avisaron fue una sorpresa porque no esperábamos algo así”.
Los amigos describieron a Jasson como un buen jugador de fútbol y por él lograron ganar un campeonato local; pero sus padres le inculcaron que primero era el estudio, por lo que no se enfocó en el deporte que lo apasionaba.
El cuerpo de Acuña Polanco fue trasladado ayer en horas de la noche a Santa Cruz de Yojoa, de donde es procedente su familia, y hoy rodeado de sus seres queridos le darán cristiana sepultura.