El juicio oral y público contra los dos imputados en el asesinato del padre José Enrique Vásquez Cálix continuó ayer con la finalización de la evacuación de pruebas y las conclusiones de los fiscales del Ministerio Público y la defensa de los acusados.
Los imputados son Jorge Martín Guzmán y Nelson Ariel Lara Pineda, a quienes, según la acusación de la Fiscalía de Delitos contra la Vida, se les sindica de haber matado al religioso el 2 de marzo de 2022 en el puente La Regina, del municipio de Morazán, Yoro.
La relación de hechos establece que la víctima, conocida como el padre Quique, ese día salió de la casa de su mamá en la comunidad Agua Azul Sierra, de Santa Cruz de Yojoa, rumbo a Morazán, Yoro, adonde estaba construyendo una casa.
Según las indagaciones, el sacerdote fue interceptado en el puente La Regina de Morazán por cuatro individuos; entre ellos, los dos imputados y dos menores de edad, uno de los que, según lo informado por los fiscales que llevan el caso, ya fue condenado en otra causa. El otro participante no ha sido capturado. Como motivo del crimen se ha manejado el robo de una cantidad de dinero que llevaba Vásquez para comprar materiales de la construcción de la vivienda.
El padre se supone que ya conocía a los ahora acusados porque hacía muchas obras sociales en el sector, y eso habría facilitado que lo interceptaran sin mucha complicación.
Como testigos de la Fiscalía ayer declararon dos técnicos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI). Uno de ellos ratificó el dictamen balístico, en el que se establece que seis casquillos de bala calibre nueve milímetros que requisaron en la escena del crimen los investigadores tienen similitud con la pistola de ese calibre decomisada, de acuerdo con el requerimiento del Ministerio Público, en la casa donde vivía Nelson Ariel Lara.
También declaró un agente que ratificó el acta en la cual consta que la pistola calibre nueve milímetros, que es medio de prueba, la encontraron en el allanamiento en la casa donde vivía Nelson Lara Pineda.
En ese inmueble, según lo ratificado por el testigo, también decomisaron una escopeta, un revólver y un teléfono celular propiedad del padre ultimado.
Como testigos de la defensa declararon la mamá de Nelson Lara y un vecino de aldea Los Murillos. La mamá del encausado manifestó que su hijo estaba con ella el día que lo capturaron y en la casa los policías no encontraron nada.
El otro testigo declaró ante los jueces que el día 2 de marzo de 2022 Nelson se encontraba trabajando con él ensilando maíz verde para ganado.
Le disparaban mientras corría
En las conclusiones, los fiscales pidieron un fallo condenatorio para los acusados porque en el juicio acreditaron la plena participación de ellos en el crimen del religioso.
En su exposición, los acusadores públicos argumentaron que con el dictamen comparativo de balística se acreditó que la pistola calibre nueve milímetros decomisada es la que se utilizó para matar al cura. También se probó que el arma fue encontrada en la casa de Nelson Ariel Lara.
Según las conclusiones de la Fiscalía, en el peritaje de las escuchas telefónicas se establece que hay conversaciones de los encausados hablando del crimen del párroco. Incluso, uno de los acusados hacía mofa porque se reía y decía “Andamos matando padres de la Iglesia”, según las conclusiones del Ministerio Público.
En los vaciados telefónicos consta que se conectó al celular del padre el sim card del acusado Jorge Martín Guzmán.
En sus conclusiones, los acusadores públicos establecen que el testigo protegido, cuya declaración fue presentada como prueba anticipada, da el lugar del crimen y las características de los imputados.
En su declaración, el testigo, identificado con el número 12-2022, dijo que quienes le dispararon al cura fueron el menor de edad condenado y Jorge Martín Guzmán. El menor le disparó primero en el tórax al padre, quien herido logró correr, y le siguió disparando. Después, Guzmán le quitó la pistola al menor y le disparó al padre cuando corría.
En cuanto a la participación de Nelson Lara y el otro menor, el testigo declaró que ambos venían con el cura en el asiento trasero del carro doble cabina. Los dos bajaron sujetado al padre Quique para que le dispararan. Los fiscales concluyeron solicitándoles a los jueces del tribunal un fallo condenatorio contra los dos acusados por asesinato. En el caso de Nelson Lara solicitan también un fallo condenatorio por porte ilegal de armas de fuego de uso permitido.
Por su parte, la defensa dijo que los fiscales quieren sorprender al tribunal porque según lo declarado por el testigo protegido en cuanto a la forma en que le dispararon a la víctima no es congruente con la trayectoria de bala que presentaban las heridas del sacerdote según la autopsia. El defensor argumentó que toda la prueba del vaciado telefónico resultó inútil, pues a la víctima es a la que lograron ubicar en la escena del crimen con ese elemento de prueba.
Señaló que el Ministerio Público asegura que en la casa de su defendido Nelson Lara hallaron la pistola con la que mataron al religioso. Cuestionó el argumento que el hallazgo del arma fue en la casa que vivía Nelson porque hallaron un documento de una clínica a su nombre y no hicieron ninguna otra diligencia policial que demostrara que el inmueble era de su defendido.
“La clínica es la que da fe de que la casa es de Nelson”, cuestionó el defensor. Refirió que en el acta de la declaración del testigo protegido dice que Jorge le quitó la pistola al menor y “fui, ¡el testigo dice fui a hacerle el último tiro (al padre)”.
