18/04/2024
09:55 PM

Giran órdenes de captura contra agentes de la Dipampco por el asesinato de Wilson Pérez

Wilson Ariel Pérez era aficionado e integrante de la barra del Real España y murió en circunstancias violentas luego de agredir a una subinspectora de la Policía durante durante un partido de fútbol en Honduras.

SAN PEDRO SULA, HONDURAS

Un juzgado ordenó el jueves cuatro órdenes de captura contra agentes de la Dirección Policial Antimaras y Pandillas (Dipampco), presuntamente involucrados en el asesinato de Wilson Ariel Pérez.

Los acusados por el crimen contra el joven Wilson Pérez son los agentes Carlos Roberto Escobar Mejía, Armando Sauceda Santos, Bayron Patricio Zelaya Gálvez y Chelssy Patricia Sandres Hernández.

Para el caso, Escobar Mejía es acusado por el delito de asesinato, simulación de infracción inexistente y tortura. A su vez, Sauceda Santos es sindicado por delito de encubrimiento de asesinato. Mientras que Zelaya Gálvez es señalado por el delito de encubrimiento de asesinato y tortura. En tanto, Sandres Hernández se le acusa de falsificación de documentos públicos.

Una fuente policial reveló a LA PRENSA que ayer viernes los apoderados legales de los acusados estuvieron en los juzgados unificados de San Pedro Sula, donde se iban a presentar los presuntos involucrados, sin embargo, el fiscal del caso no llegó a dichas instalaciones.

Cabe recordar, que Wilson Pérez era aficionado e integrante de la barra del Real España y fue encontrado muerto en circunstancias violentas luego de agredir a una subinspectora de la Policía durante disturbios ocurridos en la pasada final del fútbol hondureño, disputada en junio de este año en el Estadio Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula.

En la intersección de la 3 calle, 24 avenida noroeste, de la colonia Moderna fue donde se suscitó el hecho en el que perdió la vida Wilson Ariel Pérez, según la versión de la Policía Nacional.

Caótico desenlace de Wilson Pérez

Su nombre estuvo a punto de figurar en listas de Interpol. En 48 horas pasó de ser un simple aficionado que presenciaba un partido de fútbol a perder la vida. Su rostro acaparó los principales portales, las portadas televisivas y pasó a ser objetivo primordial de autoridades hondureñas.

Eso comenzó cuando, entre la agitación y el caos del final del encuentro deportivo entre Real España y Motagua, por la final del fútbol hondureño, pateó a una joven subinspectora policial por la espalda en las graderías del Estadio Olímpico y esta cayó varios metros abajo, sin que, milagrosamente, sufriera heridas de gravedad.

En redes sociales se viralizaron las imágenes del joven cometiendo la agresión. El sistema de emergencias 911 se encargó de dibujar una radiografía sobre su actuar esa noche y parecía estar plenamente identificado, pero aún no se tenían certezas sobre su nombre ni su ubicación.

Incluso, otro joven, oriundo de Colón, fue sindicado como el responsable, pero se trató de una confusión. Wilson Ariel Pérez era más joven de lo que parecía o indicaban las propias autoridades policiales. Tenía 21 años y sus familiares aseguraron, después de reclamar su cuerpo en el regional Hospital Mario Catarino Rivas que no pertenecía a una mara (MS-13).

Por su paradero, la Policía de Honduras ofrecía 100,000 lempiras como recompensa, pero 48 horas no fueron suficiente para que algún ciudadano ofreciera la información de su ubicación. Tenía 14 hermanos y residía en la periferia de Villanueva, en el seno de una familia de escasos recursos que, insistió, no murió en un enfrentamiento con la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), como la parte oficial expuso en aquel entonces.

Wilson Pérez, durante los disturbios ocurridos en la final del fútbol hondureño, disputada en junio de este año.