Tegucigalpa, Honduras.
Custodiados por un fuerte contingente de policías Tigres llegaron ayer a la capital tres de los cinco menores detenidos en San Pedro Sula en los operativos de búsqueda de los presuntos asesinos del periodista sampedrano Igor Padilla.
La presencia de los presuntos miembros de la pandilla 18 en las instalaciones de Medicina Forense en esta ciudad fue para hacerles práctica de varios exámenes y evaluaciones médicas.
Los detenidos, todos menores de edad, fueron evaluados por médicos del departamento de clínica forense, acción que fue solicitada por la defensa de los imputados.
Según trascendió extraoficialmente, los menores habrían recibido golpes contusos en diferentes partes del cuerpo y esto habría motivado a sus apoderados legales para pedir al juez la realización de las evaluaciones médicas.
Autorización
La portavoz de Medicina Forense en la capital, Issa Alvarado, aseveró que “las evaluaciones fueron ordenadas por el juez que conoce el caso de los menores, debido a una petición de la defensa de los presuntos infractores”.
Aunque no se profundizó en los detalles de los exámenes practicados, Alvarado explicó que “el departamento de clínica forense hace evaluaciones físicas, en el caso de que hubieran lesiones, así como para cerciorarse de la edad que han manifestado tener los menores”, detalló.
De los tres adolescentes trasladados desde San Pedro Sula, dos son de 15 años de edad y uno de 16 años.
Este último, según las autoridades, habría participado directamente en el asesinato del comunicador social Igor Padilla.
Los resultados de los exámenes médicos serán enviados al juez que los solicitó desde San Pedro Sula.
El periodista Igor Abisaí Padilla Chávez fue asesinado el pasado 17 de enero en la 14 avenida, 9 calle del barrio Suyapa, cerca de la zona viva en el primer anillo de Circunvalación.
Padilla (de 38 años) era un conocido reportero de noticias policiales y actualmente laboraba en el canal HCH.
El comunicador fue ultimado minutos después de haber recibido una llamada telefónica de una mujer, en la que, presuntamente, se le pedía salir del lugar en el que se encontraba.
Custodiados por un fuerte contingente de policías Tigres llegaron ayer a la capital tres de los cinco menores detenidos en San Pedro Sula en los operativos de búsqueda de los presuntos asesinos del periodista sampedrano Igor Padilla.
La presencia de los presuntos miembros de la pandilla 18 en las instalaciones de Medicina Forense en esta ciudad fue para hacerles práctica de varios exámenes y evaluaciones médicas.
Los detenidos, todos menores de edad, fueron evaluados por médicos del departamento de clínica forense, acción que fue solicitada por la defensa de los imputados.
Según trascendió extraoficialmente, los menores habrían recibido golpes contusos en diferentes partes del cuerpo y esto habría motivado a sus apoderados legales para pedir al juez la realización de las evaluaciones médicas.
Autorización
La portavoz de Medicina Forense en la capital, Issa Alvarado, aseveró que “las evaluaciones fueron ordenadas por el juez que conoce el caso de los menores, debido a una petición de la defensa de los presuntos infractores”.
Aunque no se profundizó en los detalles de los exámenes practicados, Alvarado explicó que “el departamento de clínica forense hace evaluaciones físicas, en el caso de que hubieran lesiones, así como para cerciorarse de la edad que han manifestado tener los menores”, detalló.
De los tres adolescentes trasladados desde San Pedro Sula, dos son de 15 años de edad y uno de 16 años.
Este último, según las autoridades, habría participado directamente en el asesinato del comunicador social Igor Padilla.
Los resultados de los exámenes médicos serán enviados al juez que los solicitó desde San Pedro Sula.
El periodista Igor Abisaí Padilla Chávez fue asesinado el pasado 17 de enero en la 14 avenida, 9 calle del barrio Suyapa, cerca de la zona viva en el primer anillo de Circunvalación.
Padilla (de 38 años) era un conocido reportero de noticias policiales y actualmente laboraba en el canal HCH.
El comunicador fue ultimado minutos después de haber recibido una llamada telefónica de una mujer, en la que, presuntamente, se le pedía salir del lugar en el que se encontraba.
