Tegucigalpa, Honduras.
En los Juzgados de lo Penal de Tegucigalpa se dictó detención judicial en contra de Francisco Alexander Álvarez Ochoa (36), a quien la Fiscalía lo acusa de cometer el delito de secuestro en contra de un testigo protegido.
El juez con Jurisdicción Nacional determinó dictar detención judicial en contra del imputado, por lo que fue enviado a la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, ubicada en Támara.
Alvarez Ochoa antes de que fuera capturado el pasado martes, tenía antecedentes penales por el delito de parricidio que cometió el 25 de diciembre de 1994 en contra de su madre Alba Gloria Ochoa de Álvarez y de su hermana Alba Lizzeth Álvarez Ochoa.
El hecho criminal ocurrió en el barrio Lempira, lo que provocó consternación en los diferentes sectores de la sociedad hondureña. Cuando asesinó a su madre y a su hermana, Álvarez Ochoa solo tenía 16 años de edad.
También fue detenida la joven Nívida Hernández, compañera de hogar de Álvarez Ochoa, así como Francisco Vásquez Matute, persona que era cómplice y fue sentenciado a 30 años de cárcel, porque cuando ocurrió el crimen tenía 19 años de edad.
En esa ocasión los tres se declararon confesos del doble crimen, por lo que Vásquez Matute fue enviado a una cárcel de adultos, mientras que Francisco Alexander Álvarez Ochoa y Nívida Hernández a centros de rehabilitación de menores en el valle de Támara.
Los supuestos asesinos fueron sentenciados a ocho años de reclusión, que es la pena máxima para los menores, por lo que ambos recobraron su libertad, mientras que el otro sigue preso en la Penitenciaría Nacional.
En los Juzgados de lo Penal de Tegucigalpa se dictó detención judicial en contra de Francisco Alexander Álvarez Ochoa (36), a quien la Fiscalía lo acusa de cometer el delito de secuestro en contra de un testigo protegido.
El juez con Jurisdicción Nacional determinó dictar detención judicial en contra del imputado, por lo que fue enviado a la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, ubicada en Támara.
Alvarez Ochoa antes de que fuera capturado el pasado martes, tenía antecedentes penales por el delito de parricidio que cometió el 25 de diciembre de 1994 en contra de su madre Alba Gloria Ochoa de Álvarez y de su hermana Alba Lizzeth Álvarez Ochoa.
El hecho criminal ocurrió en el barrio Lempira, lo que provocó consternación en los diferentes sectores de la sociedad hondureña. Cuando asesinó a su madre y a su hermana, Álvarez Ochoa solo tenía 16 años de edad.
También fue detenida la joven Nívida Hernández, compañera de hogar de Álvarez Ochoa, así como Francisco Vásquez Matute, persona que era cómplice y fue sentenciado a 30 años de cárcel, porque cuando ocurrió el crimen tenía 19 años de edad.
En esa ocasión los tres se declararon confesos del doble crimen, por lo que Vásquez Matute fue enviado a una cárcel de adultos, mientras que Francisco Alexander Álvarez Ochoa y Nívida Hernández a centros de rehabilitación de menores en el valle de Támara.
Los supuestos asesinos fueron sentenciados a ocho años de reclusión, que es la pena máxima para los menores, por lo que ambos recobraron su libertad, mientras que el otro sigue preso en la Penitenciaría Nacional.