04/12/2025
02:02 AM

Cae parricida que jefeaba banda de secuestradores

Con apenas 16 años, Francisco Alexander Álvarez Ochoa asesinó en 1994 a su madre y hermana. El crimen conmocionó al país.

Tegucigalpa, Honduras.

Autoridades policiales capturaron ayer al presunto cabecilla de una banda de secuestradores, Francisco Alexander Álvarez Ochoa (36), exconvicto con antecedentes penales por parricidio, ya que confesó en 1994 que era el autor intelectual y material del crimen de su madre y su hermana.

El individuo fue capturado con sus presuntos compinches Antonio Reyes Melgares (20) y Jessy Yaquelín Reyes Melgares (18) en un operativo ejecutado por un equipo de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) en el barrio Lempira, de Comayagüela.

Los tres detenidos fueron trasladados a la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) y presentados ante el juzgado competente para que se les siga el proceso correspondiente. Según el informe de la FNA, los tres supuestos secuestradores fueron capturados en acatamiento de una orden judicial librada por un tribunal capitalino por el delito de secuestro.

Según lo investigado por la FNA, Álvarez Ochoa es supuesto cabecilla de una banda de secuestradores que ha operado a escala nacional, implicada en varios plagios en Tegucigalpa, San Pedro Sula y otras ciudades, reveló Norma Moreno, portavoz de esa unidad de inteligencia. Agregó que la Policía recibió denuncias de varios testigos protegidos contra los encausados.

Fichado por parricidio

La FNA confirmó que Álvarez Ochoa tiene una ficha delictiva por parricidio, pues fue considerado autor material e intelectual del asesinato de su madre Gloria Ochoa de Álvarez y su hermana Alba Lizzeth Álvarez Ochoa.

El hecho criminal ocurrió el 25 de diciembre de 1994 en el barrio Lempira. En aquella fecha, Francisco Alexander y otros familiares denunciaron la desaparición de madre e hija, pero dos días después fueron encontrados los cadáveres en estado de descomposición en una hondonada de la carretera que conduce al norte del país.

Tras el hallazgo de los cadáveres, Álvarez Ochoa relató en una conferencia de prensa una historia inventada de que su madre y su hermana desaparecieron después de salir de su casa a una iglesia evangélica a la que asistían.

Horas después, tras las investigaciones, la Policía lo capturó por suponerlo responsable del doble crimen.

También cayeron la joven Nívida Hernández, compañera de hogar de Álvarez Ochoa, y su cómplice Francisco Vásquez Matute, quien fue sentenciado a 30 años de cárcel porque cuando ocurrió el crimen tenía 19 años de edad. En aquella ocasión, los tres confesaron el doble crimen. Vásquez Matute fue enviado a una cárcel de adultos y los otros dos a centros de rehabilitación de menores en el valle de Támara.

Los autores intelectuales fueron sentenciados a ocho años de reclusión, pena máxima para menores, por lo que ambos recobraron su libertad. El otro sigue preso en la cárcel de Támara.