Culpable del delito de estafa continuada fue el fallo emitido este miércoles por el Tribunal de Sentencia en la Sala Cinco de los Juzgados sampedranos contra la dueña de la inmobiliaria 'Mi Casa Bonita'.
Dicha instancia judicial la responsabiliza de estafar a 218 personas, que pretendieron obtener una casa en la frustrada residencial 'Perla de Jucutuma', en el sector de Ticamaya, Choloma, Cortés.
La condena recae sobre Mirna Esperanza Mateo Chirinos subgerente de la mencionada inmobiliaria, acusada por el Ministerio Público de los delitos de fraude, intermediación financiera y lavado de activos.
Junto con ella había sido imputada Mildred Eunice Bonilla, gerente de la inmobiliaria. Sin embargo, el Tribunal la exoneró de culpa en los tres delitos y declaró culpable sólo por estafa continuada a Mateo Chirinos.
El artículo 240 del Código Penal establece por el delito de estafa una pena de reclusión de entre seis y 9 años más un tercio de la sentencia concreta cuando lo estafado supera los cien mil lempiras.
Según el fallo la condenada estafó a 218 personas por dos millones 557 mil 450 lempiras, de los cual se desglosan 255 mil 745 lempiras como multa del 10% a pagar sobre lo estafado.
El fallo ordena la inmediata puesta en libertad de la persona absuelta y ordena se mantenga en prisión a la condenada, quien conocerá su pena concreta en la audiencia de individualización programada para el lunes 22 de octubre a laa 8:55 de la mañana.
Antecedentes
Los hechos se originan desde el 1 de noviembre de 2013 cuando Mateo Chirinos y un empresario local firmaron el arrendamiento -con opción de compra- de un terreno de 66 manzanas por un precio de 66 millones de lempiras, pagaderos en cinco años con seis meses de gracia.
Luego el 13 de diciembre de 2013 las imputadas constituyeron la inmobiliaria 'Casa Bonita' y desde principios de 2014 procedieron a captar cinco mil lempiras como 'reservación' y 10 mil como prima por casas desde 285 mil lempiras de dos habitaciones y también por viviendas de tres habitaciones valoradas en 385 mil lempiras pagaderos a dos mil y tres mil lempiras mensuales, respectivamente.
Para los jueces la persona absuelta disolvió al poco tiempo la sociedad en la que entró con un legítimo interés comercial y en la que, percibió, había dolo de parte de su socia para enriquecerse a costa de los compradores de las viviendas.
El fallo añade que el 1 de octubre 2014, 11 meses después de la firma del contrato de arriendo de la tierra, el empresario con el que Mateo Chirinos había negociado notificó la terminación del contrato de arrendamiento, puesto que no había recibido el pago de dos cuotas mensuales que sumaban 6 millones 200 mil lempiras, ni tampoco los documentos que acreditasen la ejecución del proyecto habitacional.
Aún así, Mateo Chirinos creó junto con su marido, Carlos Humberto Díaz, otra empresa a la que denominaron 'Mi Casa Bonita', con la cual continuaron promocionando la venta de casas y captando dinero, aún cuando el proyecto estaba suspendido y con apenas 15 casas inconclusas.