San Pedro Sula, Honduras.
“Me llevaron lo mejor de mi vida”, expresó ayer Osmín Portillo en medio de su tristeza al referirse a su hijo Cristopher, quien murió el jueves tras recibir un balazo en la cabeza en el centro de la ciudad al darse un altercado entre una turba y unos policías luego de que asaltaran un cambista de dólares.
“Mi hijo era un cipote sano y trabajador. Él venía de dejar una comida y pasó por el lugar equivocado. Yo sé que Dios se lo lleva porque era un buen hijo, nuestro brazo derecho. Me truncaron las ilusiones con él; pero Dios sabrá qué va a pasar”, expresó Portillo mientras velaba a su vástago en una funeraria.
“Me llevaron lo mejor de mi vida. El único ‘vicio’ que tenía era tocar en la banda de guerra del colegio”, recordó el papá de Cristopher al tiempo que le rodaban lágrimas por su rostro.
Los padres de Cristopher reciben muestras de condolencias en el velorio.
Al preguntarle qué opina de la captura de Santos Abadiz Ramírez por la muerte de su hijo, expresó: “No puedo acusarlo a él porque en primer lugar no lo conozco y no tengo las pruebas en mis manos. Esperemos que sean los organismos policiales que investiguen y son los videos y las pruebas que van a hablar”.
“Yo voy a hacer mi parte, voy a proceder, pero de conformidad con la ley. A él no lo estoy acusando en ningún momento porque como puede ser cierto puede ser mentira. Yo no me voy a confiar y voy a llegar hasta las últimas instancias porque mi deber como padre es que se llegue al fondo del caso”, aclaró.
Portillo recordó que una de las ilusiones de Cristopher era ser mecánico. “A él le encantaba armar y desarmar aparatos”, recordó.
La madre del joven, Ana Portillo, es consolada por amigos y parientes durante el velatorio.
Describió a Cristopher Osmín como un joven hiperactivo, humilde, que tenía grandes cualidades. “Es lo mejor que Dios me pudo haber dado. Dios me lo dio, Dios me lo quitó, los hijos solo son prestados”.
“Era hacendoso, me preparaba la comida los domingos. Le cocinaba a mi esposa y pasaba con ella en el negocio. Era educado, si yo le daba un consejo, lo aceptaba, y no era lujoso. Yo siempre traté de protegerlo, siempre fui protector de él”, relató el papá del infortunado adolescente.
Con su voz quebrantada, Portillo expresó: “Tengo ese orgullo de hablar así de él porque sé que es lo mejor que Dios me pudo haber dado”.
El padre de Cristopher, Osmín Portillo, le da el último adiós en el cementerio a su vástago.
Recordó que era muy hacendoso con su mamá e incluso él le cocinaba la comida para que la vendiera en su negocio en el centro.
Indicó que muy temprano estaba todos los días en el negocio con su madre, y ya en la tarde se iba de regreso para su casa con el dinero que ganaban a diario.
“Le pido al Presidente, ya que se ve que él quiere hacer justicia, que haga justicia en este caso castigando a los culpables como manda la ley, eso es lo que pido”, manifestó Osmín Portillo.
“Me llevaron lo mejor de mi vida”, expresó ayer Osmín Portillo en medio de su tristeza al referirse a su hijo Cristopher, quien murió el jueves tras recibir un balazo en la cabeza en el centro de la ciudad al darse un altercado entre una turba y unos policías luego de que asaltaran un cambista de dólares.
“Mi hijo era un cipote sano y trabajador. Él venía de dejar una comida y pasó por el lugar equivocado. Yo sé que Dios se lo lleva porque era un buen hijo, nuestro brazo derecho. Me truncaron las ilusiones con él; pero Dios sabrá qué va a pasar”, expresó Portillo mientras velaba a su vástago en una funeraria.
“Me llevaron lo mejor de mi vida. El único ‘vicio’ que tenía era tocar en la banda de guerra del colegio”, recordó el papá de Cristopher al tiempo que le rodaban lágrimas por su rostro.
Al preguntarle qué opina de la captura de Santos Abadiz Ramírez por la muerte de su hijo, expresó: “No puedo acusarlo a él porque en primer lugar no lo conozco y no tengo las pruebas en mis manos. Esperemos que sean los organismos policiales que investiguen y son los videos y las pruebas que van a hablar”.
“Yo voy a hacer mi parte, voy a proceder, pero de conformidad con la ley. A él no lo estoy acusando en ningún momento porque como puede ser cierto puede ser mentira. Yo no me voy a confiar y voy a llegar hasta las últimas instancias porque mi deber como padre es que se llegue al fondo del caso”, aclaró.
Portillo recordó que una de las ilusiones de Cristopher era ser mecánico. “A él le encantaba armar y desarmar aparatos”, recordó.
Describió a Cristopher Osmín como un joven hiperactivo, humilde, que tenía grandes cualidades. “Es lo mejor que Dios me pudo haber dado. Dios me lo dio, Dios me lo quitó, los hijos solo son prestados”.
“Era hacendoso, me preparaba la comida los domingos. Le cocinaba a mi esposa y pasaba con ella en el negocio. Era educado, si yo le daba un consejo, lo aceptaba, y no era lujoso. Yo siempre traté de protegerlo, siempre fui protector de él”, relató el papá del infortunado adolescente.
Con su voz quebrantada, Portillo expresó: “Tengo ese orgullo de hablar así de él porque sé que es lo mejor que Dios me pudo haber dado”.
Recordó que era muy hacendoso con su mamá e incluso él le cocinaba la comida para que la vendiera en su negocio en el centro.
Indicó que muy temprano estaba todos los días en el negocio con su madre, y ya en la tarde se iba de regreso para su casa con el dinero que ganaban a diario.
“Le pido al Presidente, ya que se ve que él quiere hacer justicia, que haga justicia en este caso castigando a los culpables como manda la ley, eso es lo que pido”, manifestó Osmín Portillo.
